ARTE Y ARQUITECTURA

ARQUITECTURA SINAGOGAL EN ESPAÑA

 

Para comprender el alma de un pueblo, es menester conocer las bases en que se cimenta su cultura. En el caso del pueblo judío la clave  esencial está inserta en su esquema de pensamiento, moldeado por la revelación recibida en el Sinaí y que regula  todas las fases de su vida.
La Educación[1] y transmisión de padres a hijos, de maestros a discípulos, es lo que ha salvaguardado el acervo cultural y  ha dotado a la comunidad judía de una estructura que se ha mantenido inalterable a través de los siglos, independientemente de las condiciones históricas ya fuere en países de Occidente o de Oriente.
En el caso de España, la vida judía se desarrollaba al interior de la aljama o judería, el barrio judío, rodeado de muros que les brindaba protección y les facilitaba la vida al encontrarse reunido en un mismo lugar todo lo necesario para el cumplimiento de su vida religiosa.
 La aljama era una agrupación de tipo democrático cuyas instituciones fundamentales se relacionaban con la administración  de la justicia, la vida religiosa, la beneficencia y la educación.  El corazón de la aljama era la sinagoga[1].
Las instituciones de caridad cumplían una importante función social, se trataba de una especie de ayuda mutua y, en cierto modo, de un seguro social. El fondo para esto se conseguía a través de los impuestos y se administraban en base a una estricta reglamentación
Su quehacer comunitario no difería del de otras comunidades, todas se regían por la ética bíblica y talmúdica. Las diferencias que pudiese haber entre comunidades de diferentes lugares eran producto de su entorno, el que ciertamente les imprimía un sello particular.
En España al igual que en el Norte de África, gran parte de la cultura judía halló su vehículo en lengua árabe. Su dominio del árabe unido al  del hebreo y a las lenguas romances de la región en la que vivían contribuyó a que los judíos cumplieran una función cultural de mediadores y traductores y un papel político de importancia.
España fue el punto de encuentro entre oriente y occidente, en su suelo convergieron  tres pensamientos religiosos y tres culturas que, unidas como en un crisol, brindaron a la historia de la cultura, un período de florecimiento y creación difícil de igualar.
España se empinó  como el punto de enlace intelectual entre judíos, árabes y cristianos y se convirtió en un centro de alto nivel intelectual, cuyas figuras ilustres - que fueron  conocidas a través de la literatura, la poesía, la filosofía, la gramática, la astronomía, la teología  y las artes-, estaban interesadas en cultivar el entendimiento en pro de una comprensión del otro y  a través del uso de la razón aristotélica, poder escrutar el sentido último de los designios divinos y explicarlos al hombre de su tiempo.
La historia política en la Península ibérica  se vio reflejada en la diversidad de su arquitectura En esa época convivieron y se entrelazaron las corrientes Norteña que se apreciaba en las construcciones de los reinos cristianos influenciados por la estructura románica del sur de Francia y, la denominada corriente del Medio día, en el sur, donde la arquitectura mantenía un tipo islámico.
El contacto continuo entre la Cristiandad y el Islam favoreció el nacimiento de un estilo artístico novedoso en el que lo musulmán y lo cristiano se fundieron dando origen a un arte híbrido[1] que constituye  un eslabón de enlace entre ambas, dando origen a lo que se conoce como arte mudéjar, que expresa el pensamiento plástico de una sociedad en la que convivieron cristianos, moros y judíos…
Ciertamente esta manifestación artística fue favorecida por la fascinación que  el arte islámico ejercía sobre la sociedad cristiana, prueba de ello era que la orfebrería y los textiles eran altamente apreciados en Europa y, con posterioridad a su expulsión de la Península hispánica el vasto patrimonio monumental islámico, entre el que sobresalían los alcázares y las mezquitas se convirtieron en palacios de reyes cristianos y en catedrales.
Su extensión y dominio lo debió exclusivamente al prestigio que fue tomando su alto sentido decorativo, al tipo de materiales utilizados[2] y a su ornamentación[3] que no constituye en si un elemento secundario sino primordial. Abundan los elementos vegetales estilizados, los geométricos traducidos en lazos y estrellas y la hermosa caligrafía traducida en arte epigráfico.
El arte islámico aportó elementos decisivos a la formación y desarrollo del arte mudéjar, destacando entre ellos los principios compositivos de la ornamentación, los ritmos repetitivos y  el revestimiento total de las superficies y entre los elementos estructurales destacan los numerosos minaretes
De los elementos utilizados destacan  el ladrillo, el yeso, la madera y la cerámica estuvieron siempre integrados en un sistema de trabajo.  El ladrillo aparece dominante tanto en el arte estructural como ornamental, sirviendo de base para  la construcción y decorativamente en los  grandes frisos o paños exteriores.

La madera ha sido utilizada en muebles, puertas, ventanas, techumbres.  Con el yeso, principalmente el yeso labrado, se conseguían diferentes motivos decorativos: geométricos y florales. La cerámica, hecha ex-profeso para la decoración arquitectónica, fue  utilizada  que enmascara con frecuencia las estructuras arquitectónicas, dando una primacía estética a la ornamentación sobre la estructura.
En las imágenes que vemos a continuación pueden apreciarse el uso  de los diversos materiales:
Arquitectura Sinagogal
Como señalamos con anterioridad[1]  la sinagoga constituía el corazón de la aljama. Las había de dos tipos: La bet haknéset, o casa de la Asamblea, donde se agrupaban sus miembros no sólo para rezar sino también para escuchar las resoluciones comunales, presenciar juramentos y hacer vida comunitaria. La otra, llamada bet hamidraš,  estaba especialmente dedicada a los estudios religiosos.
Los orígenes de la sinagoga como institución son oscuros, postulamos que sus comienzos deben buscarse en el exilio de Babilonia, cuando destruido el templo de Jerusalén  y habitando en tierra extraña, necesitaron de un lugar de encuentro para el estudio y, probablemente, para la oración. En esa época surgieron también los rabinos (maestros) y gran parte de la liturgia como los horarios de las oraciones y el número de servicios celebrados en el Sabbath y otras festividades judías, se encuadraron en los rituales y ritmos del culto del extinto templo de Jerusalén.
La arquitectura  sinagogal es simple, en su  diseño  se refleja la arquitectura de cada comunidad y como los judíos han vivido dispersos por todo el mundo, cada recinto tiene un estilo particular y arreglos muy variables.
Se necesita un recinto simple en el que se encuentre las siguientes partes o elementos:
a)      un muro orientado hacia Jerusalem, que es el lugar hacia donde se dirige la oración,
b)     un  aron haqodesh, armario ubicado en el testero de la sinagoga (muro oriental) y en donde se guardan los sifrei torá (rollos de la Torá),
c)      una bimá, púlpito o mesa de la sinagoga desde donde se dirige la ceremonia,
d)     un espacio denominado  ezrat nashim, que es el lugar donde se reúnen las mujeres a rezar,
e)      una ner tamid,  vela eterna, lámpara que cuelga frente al araón haqodesh y que estaba presente en el mishkan (tabernáculo),
f)       una  menorá (candelabro) y
g)     en un lugar aledaño  a la misma, -aunque no en todos los casos- se ubica la miqweh  piscina para la realización del baño ritual
Así pues, la arquitectura sinagogal en España mantiene las características usuales que se dan en cada una de las regiones. Para ilustrar hemos escogido acá las sinagogas de Toledo.

La ciudad de Toledo.
Lam. 9. Toledo.
La hermosa ciudad de Toledo, asentada sobre colinas rocosas y circundad casi en su totalidad por el rio Tajo, es una ciudad de gran importancia en la historia del judaísmo español. Tal es asi que  etimológicamente se ha querido hacer derivar el nombre de la ciudad de términos hebreos, como p.e. Toledot palabra hebrea que significa generaciones y  eltolad ( mencionado en Jos 15).



[1]  Cfr pág.


[1] Germani Bazin,  Historia del Arte,  Señala que lo mas próximo al arte musulmán seria el formalismo romántico, ya que ambas imaginerías extraen de sus formas “del mismo y viejo fondo caldeo, asirio. Persa y sasánida, enriquecido por aportaciones de los pueblos de las estepas y por el instinto ornamental de los bárbaros”.
[2] : En las construcciones se usa profusamente el ladrillo,  la mampostería y el tapial especialmente en muros, bóvedas y escaleras.
[3] Su ornamentación, también a veces es también a base de ladrillos, formando con ellos arcos entrelazados, usando el adorno en yeso, cerámica y en las techumbres la madera tallada en ingeniosas lacerias.



[1]  Tema que trataremos con detención más adelante.





Independientemente de la fecha fundacional de la ciudad, se sabe  que: (a) hubo un importante núcleo de población judía en la ciudad desde la época visigoda, (b) que gozaron de un relativo influjo político-social y (c) que en los albores de la invasión árabe ibn Muzair habría recibido informes secretos de parte de los judíos españoles –acerca de la situación interna del gobierno visigodo- que les habrían impulsado a efectuar la conquista[1]
En lo que a nuestro tema respecta, debemos señalar que es en Toledo donde aparecen más ampliamente las características de este nuevo estilo arquitectónico en el que se amalgaman elementos orientales y occidentales trabajados con imaginación e inventiva y que se ven reflejado hermosamente en las Sinagogas Santa Maria, la Blanca y la Sinagoga del Tránsito.

La Sinagoga Santa María, la Blanca
La construcción de Santa Maria, la Blanca es atribuida a dos personajes importantes de la corte de Alfonso XIII. Ellos son: el Ministro de Finanzas,  Nasi[1] Yosef ibn Shoshan  y al nasi Abraham ibn  al Fajar, consejero y embajador del ya mencionado rey, quien habría sido pagado la construcción.
 Su historia cargada de acontecimientos se refleja en la escueta  inscripción colocada en el lado interior de la puerta occidental del edificio que dice
:
Este edificio fue sinagoga hasta los años de 1405 en que se consagró en Iglesia con el nombre de Santa María la Blanca, por la predicación de San Vicente Ferrer.-
“El Cardenal Silicio fundó en ella un monasterio de religiosas con la advocación de la penitencia en 1500.
En 1600 se suprimió y se redujo a ermita el oratorio, en cuyo destino permaneció hasta el 1791, en que se profanó y convirtió en cuartel por falta de casas, y en el de 1798 reconociéndose que amenazaba próxima ruina, dispuso el señor Don Vicente Domínguez de Prado, Intendente de los Reales Ejércitos y General de esta provincia, su reparación, con el fin de conservar un monumento tan antiguo y digno de que haya memoria en la posteridad, reduciéndolo en almacén de enseres de la Real hacienda para que no tenga en lo sucesivo otra aplicación menos decorosa."

La planta del edificio es un paralelogramo de 81 pies de largo por 63 de ancho. Se encuentra dividido en cinco naves paralelas entre sí. La central mide 60 pies de alto por 15 de ancho, las laterales van descendiendo en forma gradual, ambas mantienen un ancho de 12 pies pero su altura es de 50 y 40 pies respectivamente.
Los muros divisorios de las naves poseen grandes arcos en forma de herradura, los que  en numero de 28 descansan sobre 32 pilares octogonales de aproximadamente 3,44 mts de alto. Los pilares son de ladrillos y están coronados con capiteles de estuco, en donde las hojas, las lacerias y unas especies de piñas se combinan de modo caprichoso.
En la parte superior de los arcos se encuentran dos filetes entrelazados que en combinación con otros dos completan la decoración de los arcos, trazando en los espacios  que hay entre hueco y otro una pechina en forma triangular, en cuyo centro se ve un  circulo en forma de rosetón, en el centro de los cuales hay un pequeño adorno de formas geométricas combinadas en diferentes formas. El adorno de los espacios se completa con un ataurique en forma  de pequeñas circunferencias en cuyo interior se encuentran otros rosetones más reducidos. El segundo cuerpo consta de 22 arcos ornamentales  polilobulados, conformados por cinco porciones de semicírculos,  que se apoyan en columnas pareadas.  Las naves colaterales son muy semejantes a la nave central, pese a que carecen del gran friso y el número de sus arcos es de 20.
Al ser consagrado como iglesia, el plano del edificio sufrió modificaciones[1].. Es posible que un pequeño atrio se edificara  en la época de Vicente Ferrer con la finalidad de celebrar allí ceremonias católicas. El atrio se mantiene hasta nuestros días y en su en su friso hay esculpida una breve plegaria que reza: SANCTA MARIA, SUCURRE MISSERIS”
Cuando el cardenal Silicio fundó el beaterio, en 1500, a la cabecera de las tres naves principales de la sinagoga agregó igual número de capillas. La capilla central se encuentra elevada por los  cuatro escalones de ingreso. Las capillas laterales, en cambio, son más reducidas, pero de corte semejante. La ornamentación de esta parte del templo ha sido efectuada en un finísimo estuco blanco fileteado en oro.
Lam. 12. Toledo. Interior Sinagoga Sta. Mª La blanca.
Sinagoga Nuestra Señora del Tránsito
La Sinagoga Nuestra Señora del Tránsito fue construida en tiempos del rey Don Pedro I, apodado el cruel, pese a que existían en esa época diversas disposiciones legales que prohibían a los judíos la construcción de nuevos templos, siéndoles permitido tan solo restaurar los ya existentes.
Lam. 13. Toledo. Fachada Sinagoga Nuestra Señora del Tránsito

Fue gracias a las gestiones realizadas por Samuel Halevy, tesorero mayor del rey que
se pudo conseguir el permiso necesario para su construcción, la que se inició en 1357 y fue concluida en 1360. El edificio permaneció en manos de la comunidad judía hasta la fecha de su expulsión (1492).

Al igual como ocurriera con la Sinagoga Santa María, la Blanca, también este edificio fue consagrado al culto católico. Primeramente pasó a manos de la Orden de Caballeria de Calatrava, quienes le dieron el nombre de San Benito y la destinaron para asistir espiritualmente a los caballeros de dicha Orden y también como lugar de entierro para aquellos miembros que fallecían en la ciudad.

Con posterioridad fue dedicado a servir de Archivo a las Ordenes de Calatrava y Alcántara y, finalmente, clasificándola como Ermita, fue dedicada al Transito de Nuestra Señora.

El edificio consta de una sola nave, con forma de paralelogramo, colocado de oriente a poniente, mide  44 pies de alto (desde el pavimento hasta la hilada donde se asientan los  arcos que sostienen el artesonado), por 76 pies de largo y 34 de ancho.


El muro oriental forma la cabecera del templo y se halla dividido en tres espacios verticales. El espacio central es un tablero de prolijas labores de estuco, que incluyen en su ornamentación una leyenda y se combinan de modo que en su centro aparece un hueco en el que estuvo colocado el púlpito (tevah) en que los rabinos leían la Torá.
Los espacios laterales son también tableros de estuco contenidos por una cenefa y realzados por un prolijo fondo almocárabe (adorno de lazos) que se entrelazan. Puede observarse en el entrearco de un pequeño ajimez ubicado en la parte inferior, los blasones de Castilla y León con sus armas en relieve donde se leen unas leyendas.

En el segundo piso se observa por todo el muro una zona de bovedillas que sostienen arcos prolijamente tallados que se apoyan en columnatas pareadas con las que se corona la ornamentación de la cabecera.

Los muros colaterales, el del septentrión y el del mediodía se hallan divididos en dos zonas por una especie de cornisamento que se extiende por todo alrededor del edificio exceptuando el muro oriental ya descrito.

En el lugar correspondiente al friso se extiende una lujosa cenefa incluida entre dos anchas cintas labradas e interrumpidas a trechos por pequeños y delicados florones, donde se pueden apreciar, prolijamente talladas, las palabras “el yemeno ua’l acbalo   (prosperidad y buena ventura). Paralelo al friso, hay dos anchas franjas en las que se lee parte de salmos, en el muro sur el Salmo 99 y en el norte parte del Salmo 83.

La segunda zona o friso puede considerarse como una continuación de la que embellece el testero de la sinagoga, consta de 54 arcos que se apoyan  sobre columnas pareadas. Los arcos se componen de siete partes de círculos y son, alternativamente, una ornamental y otra cuajada de lacerías a través de la cual penetra la luz.


Al igual que la Sinagoga de Santa Maria, con el devenir del tiempo el edificio fue sufriendo algunas modificaciones al ser ocupada como recinto cristiano. Se agregó un recinto para ser usado como archivo de las Ordenes ya mencionadas, una portadita compuesta de pilastras que da acceso a la sacristía y un nicho en donde con seguridad habría estado una imagen de Nuestra Señora del Tránsito.



En la actualidad, al ser la única Sinagoga que alberga un museo,  inaugurado en junio del año 1971 y que exhibe diversos objetos, ordenados por colecciones.

Siglos después, España -Sefarad- señala al mundo las huellas judías que se enraízan en su suelo y al hacerlo, encuentra sus propias raíces gracias a "la memoria del judío sefardí, que llevó y mantuvo incólume poemas antiguos y romances como los del
Poema del Mío Cid,
 La Reina Šariffa mora
o el Romance de Don Bueso".
Ahuva Avital escribió en Florilegio Sefaradí:
Sefarad re-encuentra su pasado en  las cantigas que acompañaron  el quehacer diario de los expulsados, melodías que vivenciaron historia, romance, alegría y aflicción.
En los poemas que ilustran y enseñan, conmueven y frecuentemente se matizan de emoción, o en el romancero, tan castizo y español, tan arábigo y judío, tan andaluz y provenzal y tan nuestro. Nuestro porque nadie lo hubo protegido ni ensalzado tanto, como lo hizo el judío, cuando España hubo dejado..
¿Acaso podrían los cuerpos acompañar a los corazones unidos a alas de águilas?
Para el hombre cansado de su vida cuyos deseos son asentar su vida en la mejor de las tierras, y se afana y se desconsuela y rompe en lágrimas al abandonar Sefarad y recorrer los países...
Yehuda Halevi, “el castellano”
¿Qué hubiesen escrito los poetas sefardíes si hubiesen tenido la posibilidad de retornar a España?
Hoy, después de mas de 500 años de exilio, las comunidades judías en España mantienen el  mismo modo de vida  de antaño,
centrado en la sinagoga y el estudio,
el comercio y las profesiones liberales.
Un nuevo lenguaje, el castellano moderno pero siempre las mismas canciones y el recuerdo de seis  siglos condensados en la memoria colectiva.

Obtención de las imágenes.
1.       El mapa de la Judería ha sido obtenido del folleto turístico del Museo Sefardí, 2001 (5761) editado por la Asociación de Amigos del Museo Sefardí, el Ministerio de Educación Cultura y Deporte y CCM Obra Social y Cultural, se encuentra en la contratapa del folleto.
7.       Imagen de Internet. No ha sido posible determinar el sitio.
8.       Desgraciadamente no me es posible identificar la procedencia de la foto. Las indicaciones son intervenciones mías.
9.       Toledo. Desgraciadamente no encontré ubicación de la imagen. Pido excusas.
13.    www.eturismoviajes.com    
15.    http://www.jorgetutor.com/spain/castillalamancha/toledo_provincia/Toledo/Sinagoga_del_Transito. La intervención es mía para indicar con precisión ciertos detalles.
16.    Id. Íbid.
17.    Id. Íbid.
18.    Toledo. Sinagoga del Tránsito. Imagen obtenida por escaneo de postal.
19.    Id. Íbid.
20.    http://www.jorgetutor.com/spain/castillalamancha/toledo_provincia/Toledo/Sinagoga_del_Transito   La intervención es mía para indicar con precisión ciertos detalles.
21.    Id. Íbid.
22.    http://www.panoramio.com
23.    Revisé la web y no encontré el sitio. Pido excusas por ello.



 

[1]  Cfr Cfr. Woermann, Karl Historia del arte de todos los tiempos y pueblos. Ed Montaner y Simon, 1956, vol 3, p. 53.


[1]  Nasí, titulo que recibe el  presidente de una comunidad judía.


[1]  Tapia-Adler, A. Arabes y judíos en España, un legado cultural pág.