YOM HATZMAUT 5776
"Sión, ¿no has de preguntar por la paz de tus cautivos, los que buscan tu paz, el resto de tus elegidos? Del Oeste y del este, del septentrión y del mediodía, la salutación recibe del que está cercano y del alejado..."[1]
Desde el fondo del alma brota el amor por la tierra de Israel. Sión ocupa el lugar central en el corazón de los judíos y el Sionismo, que no es otra cosa que 'el retorno a Sión', "constituye el fenómeno más fundamental y profundo en la vida judía, cuyas raíces pueden encontrarse en dos temas que acompañan permanentemente la historia judía".
"El primero de ellos es la angustia judía, que más que ningún otro argumento representa la prueba de la existencia del pueblo judío en el sentido de 'sufro, luego existo'. El segundo es la atracción ejercida sobre los judíos por la Tierra de Israel, por el Hogar Nacional judío, expresión ésta que vino a caracterizar en tiempos más actuales el lazo histórico-espiritual entre la Tierra y el pueblo de Yisrael, lazo que tal ve no tenga paralelo en toda la historia de la humanidad"[2].
"Mi corazón está en Oriente mientras yo reside en extremo Occidente ¡Qué alegría me daría poder errar por aquellos lugares donde se descubrió Dios a tus profetas y mensajeros!¡Oh, quien me hiciera alas y poder volar allá lejos!. Me llevaría y dejaría allí mi despedazado corazón entre las quebradas peñas de Betar! Me echaría cara abajo sobre tu tierra y me gozaría en tus piedras y besaría tu polvo...![3]
Henchido de amor es el canto de esperanza por la redención de Israel, por la vuelta a la tierra. Y es que, "después que el pueblo de Israel fuera expulsado de la tierra que le fuera destinada, continuó existiendo por espacio de casi dos mil años gracias a la fe en su reasentamiento, en la realidad de su destino, en la realización de su ideal. La conexión interna con su tierra y la fe en el renacimiento de su unidad con ella, constituye una fuente permanente de vigor para el rejuvenecimiento del pueblo que vivió en condiciones que ciertamente hubieran conducido a la desintegración de cualquier otro pueblo".
Hace casi un siglo, escribía Theodor Herzl a sus hermanos judíos:
"No os traigo una nueva idea, sino una bien antigua. Sí, se trata de una idea universal y en ello radica su fuerza, y esa idea es tan antigua como nuestro pueblo que jamás ha cesado, inclusive en épocas de más amargo sufrimiento, de meditar sobre ella: La idea es el establecimiento del pueblo judío"[4]
"El Sionismo es el retorno de los judíos al judaísmo aún antes de su regreso al país de los judíos". Fueron las palabras que Herzl pronunció en la apertura del Primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897. Cuando las dijo, Herzl estaba total y absolutamente convencido de la veracidad de sus palabras.
¡Cuán ciertas y proféticas fueron sus predicciones!
Así está escrito en el Libro Segundo de Samuel:
Vesamti makom leamí, unetativ, veshajan tajtav, velo irgaz od, velo iosfu benei avlá, caasher barishoná.
Yo fijaré lugar a mi pueblo Yisrael, Yo lo plantaré para que habite su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes.
Para Martín Buber el estado judío que debería surgir o resurgir merced a la idea sionista, debería ser "no un Estado de judíos sino un verdadero Estado Judío. Y no existe otro verdadero Estado Judío -señalaba- sino aquél en el que imperen las reglas de La Ley de Moisés concernientes a la igualdad... y en el que la justicia social tal como la predican los profetas sea realizada..."
Ze hayom she asá Adonay, naguila venismejá bó
Este es el día que hizo HaShem, nos gozaremos y alegraremos en él.
Theodor Herzl, en su visión profética, había dicho "Si lo queréis no será una leyenda". Y no lo fue:
"Eretz Yisrael fue la cuna del Pueblo Judío. Aquí se forjó su personalidad espiritual, religiosa y nacional; aquí vivió como pueblo libre y soberano; aquí creó una cultura con valores nacionales y universales y legó al mundo entero el imperecedero Libro de los Libros.
Luego de haber sido desterrado de su patria por la fuerza, el pueblo judío guardó fidelidad en todos los países de su Diospersión y no cesó jamás de rogar por el retorno a su país y de confiar en restablecer en él su independencia nacional...
El pueblo judío tiene derecho natural de llevar, como todos los demás pueblos, una vida independiente en su Estado soberano.
Por consiguiente, nosotros, miembros del Consejo del Pueblo, y representantes de la población judía en Eretz Yisrael y del Movimiento Sionista, nos hemos reunido el día del cese del Mandato Británico sobre Eretz Yisrael, y en virtud de nuestro derecho natural e histórico y en base a la Resolución de las Naciones Unidas, proclamamos la fundación de un Estado Judío en Eretz Yisrael, el Estado de Israel..."[5]
Theodor Herzl había confesado:
"Mis sueños son eternos, porque otros los soñarán cuando yo no esté".
Y su sueño, nuestro sueño, se cumplió: el anhelo sionista se hizo realidad y en la víspera del sábado 5 de iyar, 14 de mayo de 1948, en Eretz Yisrael surgió el Estado de Yisrael, nuestro Estado.
Barúj atá HaShem Elohéinu Mélej haolám she-hejeyánu vekimanu vehiguianu lazmán hazé.
Bendito sea quien nos mantuvo vivos y nos hizo llegar a la época actual
En Bandeja de Plata
porNatan Alterman
"No se le concede un Estado a un Pueblo en bandeja de plata"
(Jaim Weizmann)
La tierra calla, los cielos arrebolados se oscurecen lentamente
sobre fronteras humeantes.
Una nación - con el corazón desgarrado más respirando...
está recibiendo un milagro,
único que no tiene par...
Se está preparando para la ceremonia - hizo frente al cerco
y le pudo, con anticipación - cubriéndose de fiesta y temor-
Entonces, salieron al frente
una muchacha y un joven.
Lentamente avanzaron hasta ponerse frente a la nación.
Sucios y de uniformes, en pesados zapatos
por la senda suben
caminando en silencio.
No alcanzaron a cambiarse de ropas, ni se han lavado
los restos del cansancio de un día y una noche en la línea de fuego.
Cansados hasta lo indescriptible, absteniéndose del descanso,
difunden gotas de juventud hebrea...
Ambos, parados e inmóviles,
están sin movimiento
y no dan señales de si son seres vivientes o estatuas.
Entonces, la nación bañada en lágrimas y encanto, habló
y preguntó: ¿Quiénes son ustedes?, y ambos, con calma
respondieron: Somos la bandeja de plata
sobre la que se concedió el Estado Judío.
Diciendo ésto cayeron a sus pies, cubiertos por la sombra...
El resto se relata en los libros de historia de Israel.
[1] Yehudá Halevi. La Gran Siónida.
[2] L. Pinsker Autoemancipación.
[3] Yehudá Haleví La Gran Siónida.
[4] Theodor Herzl. Obras completas.
[5] Declaración de la Independencia de Israel.
…te
tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé,
y te dije: Mi
siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No
temas, porque
yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.
(Is,
41:9-10)
Yo
soy el Señor,
y yo os sacaré ( V’hotzeiti )
de debajo del yugo de los egipcios,
te voy a (liberar.V’hitzalti )
de ser esclavos de ellos,
y yo os redimiré( V’go’alti )
con un brazo extendido,
y con juicios grandes y os tomaré por mi pueblo ( V’lakachti ),
y yo seré vuestro Dios.
Entonces sabrán que yo soy el Señor, tu Dios,
que te
sacó de debajo del yugo de los egipcios”.
BIBLIA E HISTORIA
Un elemento importante para toda
aquella persona que se acerca a un análisis de los relatos bíblicos debe tener
en consideración la necesidad de presentar el o los textos escogidos en su
contextualización histórica.
El TaNaJ (conocido como Antiguo
Testamento) es un texto del que se dice que es difícil y poco claro. Si esto
fuera verdad, ¿Cómo se entiende que por más de dos mil años haya alimentado la
religión, la cultura y el arte de innumerables generaciones y diversos pueblos?
¿Dónde comienza la dificultad y por
qué?
Desde mi perspectiva personal ello
ocurre cuando nosotros, hombres de hoy, introducimos nuestras preocupaciones y
exigencias que, obviamente, eran desconocidas para los antiguos escritores y
lectores.
-¿Cuál es nuestro error?
Acercarnos al texto con la pretensión
de encontrar en él respuestas que satisfagan nuestra curiosidad científica e
histórica y, además, exigirle una exposición de doctrinas religiosas y morales
con rigor académico.
Acercamiento
científico
A la pregunta ¿Qué es el TaNaJ? La
crítica bíblica señala que se trata de un conjunto de libros escritos en un
lenguaje humano que ha consignado la palabra de Dios y que en la confección del
texto han colaborado muchas personas tanto anónimas como conocidas. La
elaboración del texto duró muchos siglos y pasó de la transmisión oral a la
escrita.
Inmediatamente surgen nuevas
interrogantes:
¿Es
éste, verdaderamente, el texto inspirado por Dios, un texto que realmente
merece crédito?
¿No existe la posibilidad de que a
través del tiempo los copistas, involuntariamente, hayan introducido cambios
esenciales que afecten la sustancia de su contenido?
Para quien se dedica al estudio crítico
del texto el trabajo de exegesis exige el cumplimiento de ciertas normas que
avalen la veracidad del texto. La Exegesis parte del supuesto que no es fácil
llegar al fondo de su contenido porque viene de un tiempo y un mundo extraño y
ajeno al lector y, por lo tanto, éste no captará el sentido del texto porque ha
sido formado por una espiritualidad diferente
¿Pero por qué es importante y a qué se
debe que se haga necesaria este análisis exhaustivo y esta contextualización
textual?
Los problemas surgen ya con el
Pentateuco atribuido a Moshé debido a que los datos de tiempo y lugar no
encajan con tiempo y lugares en que Moshé vivió: Por lo tanto, señalan que no era él quien
relataba sino aquellos que hablaban sobre él ; hay existencia de
narraciones duplicadas, diferentes redacciones de una misma ley y diferencias
de lenguaje, estilo, vocabulario. Lo anterior, señalan los especialistas,
permite señalar la existencia de diferentes fuentes que hacen necesario un
estudio más profundo, si realmente queremos tener una visión total del mensaje
de Dios y del mundo de la fe.
La exegesis es, pues, un esfuerzo
científico por hacer comprensibles los textos bíblicos. Para lograrlo aplica:
El método
histórico crítico en sus diversos campos de actividades. Desde ese punto de
vista y sabiendo que el texto no está aislado y se inserta en un contexto
cultural determinado que a su vez presenta contactos con países cercanos o más
lejanos, y hace uso de ciencias auxiliares como la geografía, la historia y la arqueología.
La crítica
textual a través de la cual se intenta entregar un texto fidedigno que sea
lo más parecido al original. Se hace necesario, pues, aplicar la lingüística y
la lexicología para averiguar el sentido y la aceptación de cada palabra. Desde
este punto de vista es muy importante el estudio comparativo con las lenguas
del Antiguo Oriente, deduciendo de ellas el significado original de los
vocablos y las leyes de su evolución.
La crítica
literaria y la historia de las
formas se esfuerzan por ordenar y clasificar los escritos según su origen,
autor, género literario y situación vital. Por ejemplo, la saga es considerada
la cristalización del pasado que un pueblo acomete en un momento determinado de
su historia bajo un impulso de fuerzas determinantes, allí se insertaría la Saga
de los patriarcas que se desarrolla en un ambiente seminómade o la Saga de los
héroes que acontece en un ambiente rural-urbano.
De corte etimológico el texto intentará
explicar ciertos hechos y situaciones, por ejemplo, las relaciones
intertribales, explica la razón de ser de ciertos topónimos y el origen de
ciertos centros de culto.
La Leyenda concede mucha importancia a
lo ejemplar. El primer lugar lo ocupa la
persona concreta que ha tenido importancia religiosa para el pueblo de
Dios , los hombres de Dios como lo fueron Moisés y los profetas, o los representantes de Dios, como
lo fue en su momento el profeta Samuel. Por medio de ellos se quiere mostrar no
su actuación ejemplar sino las obras milagrosas y poderosas del Dios al que obedecieron y confiaron.
Para comprender el lenguaje en que se
habla es muy importante conocer la historia de la tradición y la redacción que
dan luz sobre el curso de la transmisión
y composición del material, lo que puede lograrse. Por ejemplo rastreando los
más antiguos vestigios...
La crítica estilística quiere
adentrarse en el contenido, partiendo del supuesto que toda obra literaria
tiene una unidad inherente a ella.
El método histórico-cultural investiga
las fuentes originarias básicas de la tradición israelita y el modo de su
transmisión.
La perspectiva histórico-religiosa
compara esta tradición con las religiones de los pueblos vecinos con la
finalidad de elaborar una teología del Antiguo Testamento
Esencial en todo lo anterior es “el hombre que habla”, porque su
lenguaje refleja el pensamiento y el sentimiento del que está hablando. Tal es
así que hasta la descripción de un hecho externo depende del punto de vista del
narrador, lo que permite la duplicidad de relatos.
Cuando uno lee la frase Dios es mi Roca,
¿Qué significa?, ciertamente no las
piedras naturales ni el recuerdo del culto cananeo. Al pronunciarlo se quiere expresar
la solidez íntima del hombre en su creencia. La roca carece de vida propia, la
imagen religiosa expresa una dinámica y una vivencia íntimas.
Externamente los patriarcas no se
diferencian del resto de los hombres, ellos están inmersos en su tiempo y en
cultura, pero íntimamente son diferentes porque son portadores de una
revelación especial.
Cuando Dios llamó a Abraham, Abraham se
puso en camino tal como Dios se lo había mandado (Gen 12,4). El texto nos está señalando la circunstancia
histórico-geográfica de la migración y el motivo de la misma.
Pero en la frase se puso en camino subyace la tristeza
de la despedida del lugar de origen; la confianza ilimitada en ese Dios que le
ha llamado y a quien quiere servir. El lenguaje es auténtico, sobrio y
sencillo. En una saga o leyenda el lenguaje habría sido adornado y se hubiesen
ocupado descripciones floridas y coloridas.
Es importante entender al hombre en el
momento en que habla y por qué habla de ese modo. El hombre quiere dejar
constancia de lo que acontece: habla y hace historia, eso es lo esencial. La religión
de Israel es una religión histórica.
En las narraciones bíblicas encontramos
un pensamiento histórico: se present la historia como un proceso que se
despliega desde el comienzo: (Dios inaugura la historia). Se asocia lo
particular y lo universal en la historia, es decir la asociación entre
diferentes historias nacionales, especialmente la de Israel y la idea de una
única historia de la humanidad. Presenta la certidumbre que los acontecimientos
que se integran en el proceso llamado historia tienen sentido si se los
considera con criterio moral y la conciencia de que el desarrollo de la vida de
esta humanidad conduce a un futuro mejor.
Los hebreos son los primeros en tener
conciencia clara de la historia no sólo como la presentación del pasado sino también como visión del futuro. Confiar
en el futuro y recordar el pasado es inseparable en el pensamiento de los
hebreos. Igualmente el aplicar conclusiones de lo pretérito a lo contemporáneo.
De hecho la supervivencia de los
hebreos ha sido posible porque preservaron sus recuerdos de experiencias
anteriores incluso a su asentamiento en Canaán y sus prescripciones morales
procedían de acontecimientos ocurridos en el pasado. Deuteronomio 26,5-9 resume
la concepción hebrea de la historia.
En el Pentateuco, los principales
acontecimientos están ligados a personas: Adan, Noe, Abraham, Moises.
Con ADAN se anuncia el carácter universal de la historia humana al afirmarse la
unidad de la especie como parte de la unidad de la creación; el pacto con NOE,
después del diluvio define el derecho
natural del hombre y sienta el principio de normas morales universales,
inherentes a la condición humana; Con ABRAHAM se inicia la serie de los patriarcas de Israel, de vida azarosa y en
contacto con grupos diversos ; MOISES aparece ligado
al relato de la liberación y el pacto en el Sinaí, un código moral de
ejemplar precisión. Ante Moisés Dios se presenta como el que al extender su
brazo impone justicia, también como
un Dios que recuerda, libera a los
hebreos porque recuerda sus promesas a los antepasados de ellos. El Dios de la historia tiene presente el
pasado en el diálogo con su enviado para la sobresaliente misión.
En los otros libros del TaNaJ también encontramos la presencia de Dios en
los acontecimientos del pueblo y cada vez más encontramos en la interpretación
de los hechos un mayor acercamiento a lo que es la historiografía actual. En
los profetas el tiempo en el que suceden los acontecimientos no es un tiempo
vacío, es fecundo, concreto, unido a un despliegue creador de índole moral.
Los profetas tienen de la historia un
concepto inseparable de la convicción de que el futuro encierra para el hombre
una promesa de la realización de valores que conciernen a la verdadera dicha de
la humanidad
Para ellos el Dios de la historia es el
Dios de una moralidad universal.
En el TANAJ a la exigencia de cumplir ciertos mandamientos se asocia el
requerimiento de recordar ciertos hechos: luego no hay sólo un monoteísmo ético sino también un monoteísmo histórico
Hay
sentido de progreso:
el hombre es miembro de una comunidad, de una sociedad y las sociedades están
destinadas a hacer real en este mundo un orden concordante con los principios
de moralidad universal instituidos por Dios.
Inherente al progreso es el
mejoramiento ético del individuo, de la sociedad y de la humanidad toda. Desde el punto de vista de la fe las palabras
huelgan: tenemos revelación, enseñanza,
praxis, educación y transmisión y por sobre todo, hay actualidad en el
mensaje.
EL PENSAMIENTO MÁGICO DE LOS EGIPCIOS
En su obra Magia
y Encantamiento en el capítulo dedicado a “El Estado Mágico de Egipto”,
Armando Castiglioni escribe:
“Desde los tiempos
más remotos Egipto ha sido el país de los símbolos, de los misterios, de la magia,
de la alquimia y de todas las artes
ocultas. De ningún otro pueblo ha quedado un tesoro tan perfectamente
conservado de preciosos documentos del lejano pasado, sobre ningún otro parís
se han elevado tan elocuentemente tantas voces para recordar los misterios
inexplicables durante siglos y para descubrir los ritos, los templos y las
tumbas, que debían permanecer herméticamente ignoradas para el profano... [1],”
Imagen del sitio:www.italiano.egyptonlinetours.com
Mucho tiempo ha transcurrido ya desde el desciframiento
de la escritura de este pueblo y sin embargo
a pesar de todos los esfuerzos de lingüistas, arqueólogos y otros
especialistas, todavía se tiene la sensación de que queda mucho por descubrir,
que lo referente a esta cultura permanece aún como en medio de una bruma ya que
si bien se ha logrado traducir los textos a un lenguaje que puede ser
comprendido por los legos, no es posible "vivenciar” su contenido ya que
hemos podido captar sólo la letra, más no el espíritu que las anima.
Los visitantes que acuden a Egipto se maravillan a la
vista de la arquitectura monumental, de las pinturas murales en las que va
develándose la vida de reyes y cortesanos, la historia de los dioses y las
múltiples escenas míticas que ahondan la sensación de que en esa cultura todo
pareciera ser mágico.
Castiglioni escribe que la magia domina toda la vida del Antiguo Egipto y en ella se origina, y
más tarde se desarrollan los dos problemas de la metafísica egipcia: el de la
creación del mundo (doctrina de Heliópolis y el de la vida y la muerte) Mito de
Osiris.
Para Castiglioni todos los mitos se basan en creencias
mágicas y cita como ejemplos el Mito Solar, representado por el escarabajo que
vaga en el cielo, el joven Horus surgiendo de una flor de loto y la lucha
contra la serpiente.
La iconografía egipcia ilustra con profusión los mitos,
la relación de la vida más allá de la vida, las historias de los dioses y la
relación entre dioses y hombres. También existe una gran profusión de textos
que contienen ritos evocadores, cuya repetición exacta augura cada vez que se efectúa
la realización del acto evocado.
En el prefacio de su obra Magia Egipcia, Wallis
Budge[2] señala:
Los egipcios creían en la magia, es decir,
en el poder de los nombres mágicos, de las pronunciaciones, los encantamientos,
las fórmulas, los dibujos, las figuras, los amuletos y de las ceremonias que se
acompañaban con expresiones o palabras “poderosas” todo ello para obtener
resultados sobrenaturales[3].
La magia [dice Budge] data del tiempo en que los predinásticos y
prehistóricos habitantes de Egipto creían que la tierra, el mundo interior de
ésta o el más allá, el cielo y el aire, estaban poblados de incontables seres,
de forma visible o invisible, y que se manifestaban amistosamente o
enemistosamente (sic) de acuerdo a las operaciones de la naturaleza a las que
se suponían favorablemente o desfavorablemente hacia el hombre...[4]
Wallis Budge advierte que para el egipcio estos seres
eran muy parecidos al hombre, ya que sufrían las mismas pasiones, debilidades y
defectos. El objetivo de la magia era, entonces, el de otorgar poder al hombre
sobre estos seres y conjurarlos a través de ofrendas y regalos para así acceder
a sus servicios y favores.
Imagen del sitio: amigosdelantiguoegipto.com
Así pues, el egipcio estaba convencido de que el hombre podía
conseguir el cese de hostilidades a través de diferentes medios: la
invocación, el exorcismo, el uso de
amuletos, el conocimiento del “nombre secreto” o de una fórmula que le
servirían de protección y ayuda para enfrentar a los espíritus dañinos.
Según los autores hasta aquí citados, si tuviéramos que
sintetizar el objetivo de la magia debería aceptarse que éste era el “de
investir al hombre con los medios que le permitieran contemporizar con los
poderes hostiles o amigables...[5]”
Ambos autores
comparten la idea de que la magia
y la religión florecieron en Egipto lado a lado, desarrollándose conjuntamente
a lo largo de su historia” y que “el estudio de una incluye necesariamente la
otra[6].
Efectivamente, en Egipto la magia iba de la mano con la
religión[7]. Y si
bien es cierto los sacerdotes eran poseedores de un gran poder ellos no fueron
los únicos adiestrados en el conocimiento de la magia, también lo poseían
hombres que no tenían investidura sacerdotal y hubo médicos que hacían uso de
este tipo de conocimiento para sus labores habituales.
Del sitio: www.webcultura.net
El egipcio común estaba seguro de que con “el
pronunciamiento de ciertas palabras o nombres de poder, [pronunciadas] de la
forma apropiada y el tono de voz correcto, podía curarse a un enfermo..., podía
otorgarse a un difunto el poder de mantener su cuerpo incorrupto, podía hacer
que los hombres asumieran diversas formas a voluntad y el que los dibujos y las
esculturas cobraran vida para cumplir con los deseos del que las pronunciaba[8]”.
En Egipto, al igual como ocurre en otras culturas, sean
éstas antiguas o no, se conocieron dos tipos de magia, la empleada para hacer
el bien y beneficiar a los vivos y a los difuntos y la magia que se usaba para traer calamidades y
enfermedades a enemigos y competidores.
Un excelente ejemplo del primer tipo lo constituyen los
ritos osiríacos, destinados a la conservación del cuerpo a través de la
momificación y los ritos destinados a que el faraón momificado, representación
de Osiris, pudiera a través del viaje en la barca solar, identificarse con Ra y
volver a surgir victorioso.
No es posible exponer un análisis exhaustivo del
pensamiento mágico egipcio. Por ello, en estas páginas pretendemos tan sólo
mostrar algunos elementos que permitan una rápida mirada a este mundo lejano y
evocador.
El relato y análisis de los mitos, del Libro de Los Muertos, y en general de la
religión egipcia han llenado tratados e infinidad de libros han sido publicados
sobre el tema. En atención a ello, en esta oportunidad hemos escogido presentar
un rito no muy conocido, dos relatos muy sugerentes y el significado de algunos
amuletos.
El rito escogido es la celebración de la Fiesta
Hebsed (Sed), los relatos son La
historia del sacerdote Tchatcha-em-ankh y sus poderes y el relato de Herutataf. De entre la
multitud de amuletos hemos seleccionado el oudjet,
el corazón, el escarabajo, el bucle de
Isis, el pilar djed y la cabeza de
serpiente.
La elección no obedece a ningún criterio específico,
cumple tan sólo con el propósito de mostrar aspectos del pensamiento mágico
egipcio y de la efectividad de la magia que se logra a través del hekau,
la palabra poderosa.
A este respecto es importante llamar la atención acerca
de la importancia de la palabra en las culturas del Medio Oriente Antiguo.
Culturas en las que la creación tiene lugar a través, justamente, de la palabra.
Magia y Rito: La
fiesta Hebsed (Sed)[9]
Con la victoria del rey Narmes-Menes –a quien algunos
también identifican con Aha- se inició
la unificación de Egipto. La Monarquía centralizada tuvo su asiento en la
ciudad de Tinis. Jacques Pirenne sostiene que la unificación de la monarquía no
fue sino la yuxtaposición de dos reinos diversos, lo que explicaría el dualismo
del poder monárquico que “asociaba en manos de un solo soberano dos realezas
diferentes. El rey conservaba las dos coronas roja y blanca del Norte y del
Sur, el “ureus” de los reyes de Buto y el buitre de los de Nekhen, y su mismo
nombre nisut-bity, asociaba, yuxtaponiéndolos, los antiguos poderes de
los reyes del Alto y el Bajo Egipto[10]”.
Del sitio : www.frammentiarte.it
La ceremonia de coronación de los reyes, a lo largo de
toda la historia egipcia da cuenta de este dualismo: “En el transcurso de la
ceremonia [escribe Pirenne] el rey, coronado por los dioses, ‘se elevaba como
rey del Sur’ y después ‘se elevaba como rey del Norte’ y procedía a la reunión
de las ‘dos tierras’ simbolizadas por el papiro del Norte y el Loto del Sur,
que arrollados alrededor de un pilar se insertaban a continuación, en la base
del trono real’. Luego, el rey precedido de las insignias divinas, daba vuelta
al ‘Muro Blanco’ de la capital, con lo que indicaba que tomaba posesión de los
dos países por el poder que le conferían los dioses[11]”.
El rito de la Fiesta Hebsed o Fiesta Sed está
íntimamente relacionada con esta ceremonia de coronación real ya que se trata,
para algunos, de una ceremonia de renovación del poder del rey.
Conocida como fiesta del jubileo, era celebrada,
supuestamente, cada treinta años. Su objetivo era el que el rey pudiera renovar
su vigor a través el rito de re-creación de la ceremonia de su coronación
primigenia.
En estricto rigor, debemos advertir que existen muchas
referencias acerca de faraones que celebraron esta fiesta en cortos intervalos,
por lo que muchos egiptólogos señalan que el número de años no es un factor
decisivo para su celebración. El momento preciso para efectuar este rito era
cuando el rey presentaba momentos de debilidad debido a problemas de salud o
presentaba signos de senilidad, entre otros síntomas.
Respecto al nombre de la fiesta no se tiene una
explicación clara y existen varias teorías, una de ellas fue propuesta por
Murray en 1904, quien adujo que la fiesta está en relación con la figura de un
dios que aparece citado en la Piedra de
Palermo y en los títulos del Imperio Antiguo: Upwat.
Sed o Hebsed
sería el nombre de este antiguo
dios, considerado una forma divina del faraón en su forma de hijo primogénito,
Horus, y que desempeñaba un rol importante en este festival.
La ceremonia debía realizarse en la fecha coincidente
con la de la coronación, esto es en el décimo día del décimo mes, fecha que era
conocida con el nombre de “estación del surgimiento”[12].
Las ceremonias que se llevaban a cabo en dicha
celebración tenían como objetivo, entre otros, el renovar las relaciones entre
el cielo y la tierra, las que se creían estaban controladas por el trono.
Las ceremonias se inician los cinco últimos días del mes
anterior y están dedicados a Osiris. No obstante esta dedicación, durante el
rito festivo no hay ninguna mención a este dios.
Los preparativos de la fiesta incluían la fundación de
un nuevo templo, ritos de purificación y la ceremonia propiamente tal que
conllevaba una serie de sub-ítemes.
La fundación de un nuevo templo no siempre era necesaria
que muchas veces éste existía por lo que
se hacía innecesaria la construcción de uno nuevo. Cuando este era el caso,
sólo había que construir un patio al que se denominaba ‘patio de los
festivales’, una ‘sala de los grandes’, una ‘sala del festival’ que debía tener
un trono doble y un ‘palacio’ para ser utilizado principalmente como vestidor y
lugar de descanso.
Los ritos de purificación se iniciaban con el encendido
de las luminarias durante cinco días y estaban destinados a purificar al o a
los actores del drama a representar.
La ceremonia propiamente tal constaba de ritos de
inauguración, celebraciones centrales, dedicación del campo y, finalmente, la
ceremonia de clausura.
La inauguración se iniciaba con la recepción de los
dioses venidos de todos los confines de Egipto. Los sacerdotes y el rey
presentaban ofrendas por el bienestar pasado y futuro. El rey debía emitir un
conjuro que garantizara la prosperidad futura. De este modo demostraba la
efectividad de su realeza.
Los actos eran presididos por la diosa vaca Sejathor,
quien recordaba a Horus que ella le amamantó.
Las ofrendas debían realizarse de acuerdo a un orden
pre-establecido: Las primeras eran para compensar a los dioses menores por su
participación. A los dioses principales se le hacían ofrendas individuales y
sus sacerdotes debían portar sus símbolos para rendir homenaje al rey quien , a
su vez, les visitaba a cada uno en los santuarios en los que se hospedaban.
Las celebraciones centrales constaban de procesiones que
se realizaban ante el trono y su finalidad era la de homenajear al rey. Estas
celebraciones duraban dos o tres días, en ellas las delegaciones iban y venían
y había expresiones de votos de lealtad ante el monarca. Después de esto el rey
descendía del trono y encabezaba el cortejo que se dirigía a visitar a los
grandes dioses.
Durante estas celebraciones había cambios de ropas y
momentos de descanso que deben ser considerados como pausa entre actos más
solemnes e importantes. “Los movimientos y contra movimientos, las visitas y
demostración de lealtad ante el trono, establecen todos los lazos que unen al
reino y al gobernante, al gobernante y a los dioses. En el transcurso del
ritual el rey se mueve como la lanzadera de un gran telar para volver a crear
la estructura en la que pueblo, país y naturaleza están comprendidos
irrevocablemente[13]”.
En los textos este proceso es llamado “asumir la protección de las dos tierras”.
Las dos tierras son el Alto y el Bajo Egipto, el doble trono y la doble corona.
En el jeroglífico del festival el trono aparece vacío[14].
En el acto de la dedicación del campo hay una danza que
debía realizarse dos veces. Por medio de ella se dedicaba un trozo de tierra a
los dioses. Es muy posible que esta danza se efectuara uno de los tres días de
visita al santuario.
En realidad más que una danza era un paseo rápido en el
que el rey cruzaba la tierra a lo largo y a lo ancho. Este paseo lo realizaba
primero como rey del Bajo Egipto, llevando la corona roja y luego lo efectuaba
en calidad de rey del Alto Egipto, portando la corona blanca. Un sacerdote
llevaba el estandarte de Upwat.[15]”
A través de este acto de transferencia de la propiedad
de la tierra, el rey gobernará como heredero legítimo, podrá disponer de ella y
de su contenido. No cabe duda que estamos en presencia de un acto simbólico -
mágico. El campo simbolizaba a toda la tierra de Egipto que es entregada a su
dueño. El efectuado es, pues, un acto legal de toma de posesión de la tierra y
en su calidad de dueño, el rey a la vez que la dedica a los dioses reafirma su
legítimo poder sobre la tierra[16].
Las ceremonias de clausura y finalización del rito
también deben ser representadas por partida doble. Primero en tanto rey del
Alto Egipto y después como rey del Bajo Egipto. No es una mera repetición de un
acto sino que entre ambas ceremonias existen diferencias.
La secuencia de ellas va desde el momento primero en el
que el rey descendía del trono hasta el momento último cuando se anunciaba su
condición real a las cuatro partes del
mundo.
En tanto monarca del Bajo Egipto el faraón era llevado
en una litera en forma de caja, en la que se portaba el estandarte del país
bajo. El monarca acudía en procesión hasta la capilla del Horus de Libia. Allí
le era entregado el cetro Was (prosperidad) más el cayado y el
mayal.
Del sitio: www.fascinioegito.sh06.com
El dios era quien le otorgaba la prosperidad. A cada
lado del rey dos dignatarios proclamaban su poder entonando un himno de
alabanza. Después de esto, se colocaban uno delante y otro detrás del rey y
repetían la proclamación. Cada proclamación era precedida por la denominada
“orden de silencio”. Actuando de este modo ellos hablan a los cuatro vientos.
En su rol de rey del Alto Egipto, el faraón es llevado
en una litera en forma de cesta y la procesión se dirigía hasta el Horus de
Edfú y el Set de Ombos.
El sacerdote de cada uno de ellos entregaba un arco y
flecha al sacerdote real, quien a su vez los entregaba al faraón. Entonces, el
monarca lanzaba una flecha a cada uno de los puntos cardinales y era
entronizado cuatro veces sobre un trono adornado en su base por doce cabeza de
leones.
La ceremonia concluía con el retorno a la Sala de los
Grandes para, finalmente, rendir un homenaje a aquellas divinidades que no se
han visto y que corresponden a los antepasados reales, los ocupantes de las
Iterty, las dos capillas.
Se anunciaba la ofrenda que el rey les entregaba,
consistentes en ungüento, lino y vituallas. Se destacaban los estandartes y se
les designaba como “los dioses que siguen a Horus”.
Esta escena es importante porque nos señala la
universalidad del acto realizado: No se trata de un solo rey sino de todos los
gobernantes. Esta es una renovación del vínculo del gobernante con su linaje
real, las generaciones pasadas, y con la nueva generación que asiste al
llamamiento que el rey hace a sus antepasados[17].
La ceremonia descrita habla de la renovación de la
realeza la que a su vez es el prototipo divino de la renovación de Ra en su
ciclo anual. También es importante porque une a las dinastías humanas con las
divinas y que dan cuenta de la deificación del faraón en tanto Horus
entronizado.
La importancia del rito es proverbial: con la correcta
ejecución de cada uno de los actos, de la recitación de palabras realizadas en
un lugar y momento precisos, se puede lograr el efecto deseado, en este caso,
la renovación de la realeza. Por eso los rituales son importantes y su
ejecución debe ser realizada con cuidadoso esmero.
Magia y Literatura:
El Papiro Westcar.
La literatura egipcia ha entregado al acervo cultural de
la humanidad textos que revelan humanismo y un elevado grado de conocimiento
del alma humana, pragmatismo y espiritualidad. Egipto posee una diversidad de
estilos literarios, podemos encontrar – entre otros géneros- literatura sapiencial, amorosa, picaresca,
científica, religiosa y fantástica, esta última relacionada con relatos que
narran acerca de los poderes mágicos detentados por ciertos hombres de
renombre.
El papiro Westcar fue escrito hace,
aproximadamente, unos 1500 años. Su
contenido narra acontecimientos que sucedieron en una época anterior, en el
Imperio Antiguo, más precisamente en los reinados de Snefrou y Khufu.
La historia del Sacerdote Tchatcha-em-ankh y su poderes
mágicos.
El relato se desarrolla en la corte del faraón Snefru.
El corazón de este faraón seencontraba triste y contrito, sus nobles no
pudieron encontrar nada que hallara fgracia a sus ojos e hiciera bien al
corazón de su señor. Por ello, el monarca envía a buscar al Sacerdote y le
explicó su situación. Después e sopesar la situación, el sacerdote recomendó a
su señor que realizara un paseo por el lago cercano a palaio porque ciertamente
el ver las bellezas del campo, rodeado de comodidad y belleza le sentaría bien
a su corazón. Aceptó el monarca y encargó al Sacerdote que se ocupara de todos
los detalles concernientes al paseo.
Tchatcha-em-ankh organizó la excursión con esmero: la
embarcación debería contar con veinte remos de caoba con láminas de oro que
serían utilizados por veinte jóvenes hermosas, de armonioso talle, bellas
facciones, vestidas con traje de redes, que ejecutarían su labor al son de
canciones en honor al faraón.
Inició el faraón su paseo tal como había sido
planificada. El sacerdote acompañaba a su señor y, en la medida en que el viaje
seguía su curso normal, el corazón del faraón fue alegrándose. Repentinamente
cesaron los cánticos debido a que a una de las jóvenes se le cayó una de sus
joyas al fondo del lago. Cuando ella dejó de cantar, sus compañeras hicieron lo
mismo. Cuando el faraón se enteró del motivo, pidió al sacerdote que recuperara
la joya de la doncella, entonces Tchatcha-em-ankh pronunció hekau, palabras de poder, con las que
logró que una sección del agua del lago se pusiera sobre la otra dejando ver el
fondo del lago. Cuando esto
aconteció, se agachó el sacerdote y rescato la joya. Luego volvió a pronunciar hekau y todo volvió a la normalidad.
El faraón pudo proseguir su viaje entre cánticos
melodiosos y una vista hermosa. Para agradecer al sacerdote, el faraón organizó
una gran fiesta en la casa real y le colmó de regalos[18].
Del sitio: www.taringa.net
El relato de Herutataf.
El nombre de Herutataf, hijo de Kufu “fue preservado en
el Libro de los muertos en relación con algunos capítulos descubiertos de esa maravillosa compilación”[19].
El papiro narra una conversación que Herutataf sostenía
con su padre Khufu –“presumiblemente sobre los poderes mágicos que poseían los
antiguos”[20].
El rey le decía a su hijo que los poderes de los
antiguos no eran comparables a los de los magos que vivían en su época.
Herutataf no concordó con su padre y le mencionó la existencia de un hombre de
110 años que podía obrar grandes maravillas, entre ellas, este hombre podía
devolver a su sitio una cabeza que había sido cortada del cuerpo. Interesado,
el monarca pide a su hijo que traiga a dicho hombre a su presencia.
A fin de cumplir con el deseo de su padre, Herutataf
viajó a casa de teta, en Tet-Sneferu, y después e los saludos protocolares de
rigor, dio a conocer el pedido del rey. El mago accedió a viajar con él con la
condición de que pusieran a su disposición un barco para transportar a sus
hijos y sus libros.
Una vez en presencia del faraón este inquirióle sobre
las habilidades que poseía y le pidió una demostración. Para ello hizo traer a
un prisionero, pro el mago le dijo: “No, mi señor y rey, no me pidas que haga
esta operación con un hombre, permíteme hacerlo con uno de los animales
considerados sagrados”. Entonces hizo que le trajeran un ganso al que sele
cortó la cabeza: el cuerpo desfallecido del animal fue colocado al oeste de la
columnata y su cabeza fue colocada al este. Teta se puso de pie y pronunció
ciertas palabras de poder mágico y el cuerpo del ganso comenzó a moverse de la
misma forma que lo hacía la cabeza desde el otro lado y continuaron moviéndose
hasta que estuvieron muy cerca el uno de la otra y la cabeza se colocó en su
sitio correcto rematando la operación con un graznido del ganso.
Después le trajeron a Teta un ave khet-aa y realizó con
ésta el mismo milagro que había realizado con el ganso y para probar que tenía
el mismo poder con otros animales de la creación, pidió que le trajeran un
buey, al que le fue cortada la cabeza que cayó a tierra con estrépito, pero
después de que Teta pronunciara sus palabras de poder mágico, el buey se volvió
a levantar tan vivo como antes[21]”.
Por el tenor de ambos relatos podemos deducir que la
magia o era inusual en Egipto y que quien podía realizar este tipo de
actividad, considerada como u verdadero arte, adquiría gran prestigio y
renombre.
Los Amuletos.
Del sitio: www.touregypt.net
De acuerdo a una sencilla definición del diccionario,
llámase amuleto a “todo objeto al que por superstición se le concede el poder
de alejar a los malos espíritus y a la desgracia”[22]. Estos
objetos pueden ser confeccionados e diversos tipos de material y de diversas
formas. Por lo general éstos llevan grabada inscripciones o fórmulas mágicas y,
para asegurar su efectividad, siempre antes de su uso se acostumbra a recitar
una oración.
Los amuletos fueron y son aún en la actualidad, de uso
corriente. La genet siente necesidad
de protegerse contra vibraciones nocivas, influencias malignas o simplemente
contra el llamado ‘mal de ojo’.
Si bien es cierto en nuestra sociedad occidental los
amuletos son utilizados por los vivos, en Egipto fueron usados indistintamente
para protección de vivos y muertos. Los amuletos eran tenidos como objetos e
alta eficacia, cuyo doble poder actuaba tanto por medio del poder inherente a
la sustancia del material utilizado en su confección cuanto por el poder de la
palabra inscrita en él (hekau).
Las excavaciones arqueológicas han demostrado que el uso
de dichos objetos está atestiguado en Egipto desde tiempos predinásticos. La exhumación
de las momias de los faraones y muy especialmente de Tut Ankh Amun nos
demuestra que eran profusamente utilizados en los enterramientos con la
finalidad de proteger al difunto en el viaje a la otra vida.
Como señalamos con anterioridad hemos escogido, al azar,
algunos amuletos para dar a conocer su significado.
El primero de ellos se refiere al amuleto del corazón. Este
está representado por un vaso cánope, que es donde se colocaban los órganos que
le eran extraídos al difunto antes de la momificación.
Los egipcios pensaban que el corazón era el asiento del
poder vital y la fuente de los pensamientos. Así, pues, el corazón era muchas
veces tenido como la “conciencia”.
Creían que todos los sentidos funcionaban gracias a él: la visión de los
ojos, el oído, la respiración del aire por la nariz. No sólo era el centro de
la vida física sino también de la afectiva, de la voluntad y la inteligencia.
Los sentimientos, los estados del alma, el carácter, la
disposición del espíritu se expresaban en lengua egipcia por locuciones que se
relacionan con el corazón. Aún más, según la teología menfita el dios Ptah
pensó el universo con el corazón antes de materializarlo a través de la fuerza
del verbo creador. La vida era impensable sin el corazón. [23]
El difunto debía pronunciar cierta declaración a fin de
poder obtener poder en el más allá y el control sobre su corazón. Sólo entonces
el corazón, el alma y el doble poseerían poder para hacer lo que quisiesen en
cualquier momento y lugar. Ciertamente el corazón le era dado al hombre sólo si
pasaba la ceremonia de piscostasis (pesaje del corazón) al enfrentarse al
tribunal de Osiris.
El escarabajo pelotero fue en el
Antiguo Egipto adorado como símbolo del
dios Khepri, el sol que cruza el firmamento. La razón para ellos es que ste
tipo de escarabajo camina remolcando con sus patas delanteras una bola de barro
y estiércol en la que ha depositado sus huevos. Además, posee la facultad de
volar en las horas más cálidas del día. Su capacidad de volar hizo que se le
asociara con el sol que cruza el firmamento y la pelota que remolca con sus
patas fue asociada con la representación del sol.
De hecho el nombre que le asignaron ‘kheperer’,
significa “el que hace rodar”. Del
mismo modo como el sol era un símbolo de vida, el que la pelota que llevaba el
escarabajo contenía sus larvas, fue razón para que se le asociara también como
símbolo de vida y dios de la resurrección.
En Egipto es escarabajo debía ocupar el lugar del
corazón que le era extraído al difunto, los egipcios pensaban que esta figura,
conteniendo las palabras de poder o hekau inscritas en él, podía
garantizar la resurrección y el renacimiento a la nueva vida.
Además, el escarabajo era tenido como remedio contra la
esterilidad y la posibilidad de tener una larga familia, para lograrlo bastaba
con que la mujer estéril bebiera un poción hecha con agua y polvo de escarabajo
previamente secado.
Se dice que el
escarabajo era usado como ornamento. Es cierto, pero previo a su
utilización s efectuaba una ceremonia sobre el mismo, de este modo el ornamento
era también un amuleto que servía para proteger a quien lo usare.
Del sitio: alexbcegipto.blogspot.com
El Oudjet, o utchat corresponde a uno
de los amuletos más usados, representa al ojo de Horus y su uso está
atestiguado a lo largo de toda la historia egipcia. Existe el ojo derecho y el izquierdo, el
blanco y el negro, el blanco (izquierdo) representa al sol, el negro (derecho)
representa a la luna. O bien, representaban a Ra y a Osiris respectivamente[24]. Por lo
general los usuarios preferían el ojo blanco, el solar (izquierdo) que les
otorgaba fuerza y vigor, protección y seguridad.
Lo más probable es que el ojo de Horus identificado con
la Luna y Osiris fuera utilizado en los difuntos, especialmente en las momias,
como medio de protección en el viaje al más allá.
El bucle de Isis
representaba un mechón del cabello de esta diosa y se relacionaba con el
capítulo 156 del Libro de los Muertos donde se habla de protección para el
difunto. Este amuleto se colocaba en el cuello del difunto y debía ser previamente
remojado en agua de flores. Sólo cuando las palabras del capítulo mencionado se
pronunciaren, el amuleto obtenía la propiedad de proteger al difunto con la
sangre de la diosa Isis y el Hekau, palabras de poder.
Seguramente este amuleto esté relacionado con la
actividad de la diosa en orden de devolver la vida a su esposo el dios Osiris,
asesinado por Set.
El amuleto de cabeza
de serpiente se colocaba en la cabeza del difunto para protegerlo de las
mordidas de serpiente aquí o en el viaje al más allá. Supuestamente
representaba a Isis a quien también se la identifica con dicho animal. En
cierta medida podía ser un elemento de defensa en relación a la continua lucha
que debía sostener Ra con Apofis, su eterno enemigo.
Algunos piensan que también podría representar al urhekau,
instrumento utilizado para realizar la ceremonia de la apertura de la
boca.
Del sitio: www.landofpyramids.org
El pilar Djed era una suerte de fetiche
prehistórico de naturaleza aún no definida del todo, pero ciertamente
relacionado con los ritos agrarios. La erección del pilar Djed por el rey, a
favor de Ptah, es una rito milenario que subsistió hasta la Epoca Baja. El
pilar Djed ha sido considerado como un símbolo osiríaco. Es homófono de la
palabra que significa “estabilidad”, “duración” ha servido de modelo a amuletos
y talismanes para proteger a los vivos y también como signos propiciatorios se
han reproducido en los muros de templos.[25]
Los antiguos egipcios poseían gran habilidad para
trabajar los metales y se dice que en el país estaba muy extendida la creencia de que existían poderes mágicos en el arte de
la manipulación de los metales. Pero este es un tema que merecería un capítulo
especial ya que se relaciona directamente con al alquimia, palabra derivada del
término khem, nombre que los egipcios dieron a la manipulación de los
metales. A esta palabra los árabes
antepusieron el artículo ‘al’, de allí derivaría la palabra alkhimia, alquimia.
Pero este sería tema para otra ocasión.
No cabe duda que hablar de magia en relación con la
cultura del Antiguo Egipto es un tema difícil de abordar y un área donde
todavía queda mucho por descubrir y decir.
No resta más que
volver a recordar las palabras de
Castiglioni:
...De ningún otro pueblo ha quedado un
tesoro tan perfectamente conservado de preciosos documentos del lejano pasado,
sobre ningún otro país se han elevado elocuentemente tantas voces para recordar
los misterios[26]
inexplicables durante siglos y para descubrir los ritos, los templos y las
tumbas, que debían permanecer herméticamente ignoradas para el profano...
[1] Castiglioni A. Magia y Encantamiento.
Editorial F.C.E., 1993, capítulo XIII, pág. 151.
[2] Wallis Budge, Magia
Egipcia. Editorial Humanitas, Barcelona 1988, pág. 9
[3] Wallis Budge , Op.
Cit.., pág. 9
[4] Wallis Budge , Op.
Cit.., págs. 9 y 10.
[5] Wallis Budge , Op.
Cit.., pág. 10.
[6] Wallis Budge , Op.
Cit.., pág. 11
[7] Wallis Budge , Op.
Cit.., pág. 18
[8] Wallis Budge , Op.
Cit.., pág. 11
[9] Françcois Daumas
postula que esta fiesta se remonta al periodo prehistórico y en ella se
conjugan y amalgaman de forma extraña una serie de una serie de elementos. Cer,
Daumas, F. La civilisation de l’Egypte Pharaonique, Arthaud Ed., France
1965, págs. 144-149.
[10] Pirenne, J. Historia
del Antiguo Egipto, Editorial Océano, vol I, pág. 6.
[11] Pirenne, J. Historia
del Antiguo Egipto, Editorial Océano, vol I, pág. 7.
[12] Fankfort, H. Reyes y
dioses, Alianza Editorial, pág. 386
[13] Fankfort, H. Reyes y
dioses, Alianza Editorial, pág.108.
[14] Fankfort, Op. Cit. ,
pág. 108
[15] Ver Fankfort, Op. Cit.,
fig. 26
[16] Fankfort Op. Cit., pág.
110.
[17] Fankfort, H. Op. Cit.,
pág. 112.
[18] Budge, Op. Cit. Pág.
23.
[19] Budge, Op. Cit. Págs.
27-8
[20] Budge, Op. Cit. Pág.
27.
[21] Budge, Op. Cit. Pág.
27-8
[22] Diccionario
Enciclopédico La Llave, pág. 83.
[23] Ver sobre el corazón lo
que escribe F.Hazan en Dictionnaire de la Civilisation Egyptienne, Hazan
Ed., France,, 1959, pág. 60-1.
[24] Budge, Op. Cit. Pág.
57.
[25] Hazan, F. Op. Cit.,
pág. 90.
[26] Castiglioni, A. Op.
Cit., pág. 151.
El tema elegido para esta oportunidad
es el relato del descenso de una divinidad al mundo inferior.
El texto pertenece al relato sumerio de El descenso de Inanna al
Mundo Inferior y El texto corresponde a la re-estructuración realizada a
partir de 13 tablillas provenientes de la excavación de la ciudad de Nippur
(Mesopotamia), y que se encuentran repartidas en el Museo de Antiguo Oriente de
Istambul y el Museo de la Universidad de Filadelfia.
Se suponen escritas en la primera mitad del 2° milenio. Sin embargo,
la fecha de la 1a composición del mito permanece aún
desconocida. La primera edición del
texto, realizada en base a 8 tablillas y fragmentos, fue publicada en 1937. De
ahí en adelante hubo otras ediciones a las que se realizaron adiciones.
El texto publicado en ANET señala -en una nota al pie de página, la
nota 6,- la existencia de unas tablillas
que forman parte de la colección babilónica de la Universidad de Yale. Esta
tableta, de una extensión de 91 líneas, se inicia desde la línea 264 en
adelante. Esto es, agregan contenido al relato sumerio y le otorgan una nueva
dimensión al mismo.
El mito, cuyo tema central es la detención de la diosa en el Mundo
Inferior se encuentra en dos versiones, la sumeria y la semita, lo que es un "ejemplo instructivo de un
antiguo préstamo literario y transformación" [2].
El semita es conocido con el nombre del Descenso
de Ištar al Mundo Inferior.
(Del sitio web: www.lapatatinafritta.com)
1. ¿QUE NARRA EL RELATO?
Por alguna oscura razón Inanna/Ištar, reina del cielo, -del 'Gran
arriba'- ha puesto su pensamiento en el
'Gran Abajo'. Abandona el cielo y la tierra para bajar al mundo inferior.
Cuéntase que el viaje obedece a su deseo de salvar a Dummuzi/ Tammuz,
su amado, quien fuera llevado al Mundo Inferior contra su voluntad. No
obstante, como veremos más adelante, no parece ser así y la razón de su
descenso permanece desconocida.
Una a una son mencionadas las ciudades y los templos de cada una de
estas ciudades que ella, la diosa, habría abandonado en su viaje al mundo
inferior.
La diosa se acicala con esmero con los elementos de señorío: corona,
vara, coraza y manto pala. Además,
reúne en su mano las ordenanzas (los me)[3]
y en compañía de su fiel mensajero Ninšubur encamina sus pasos hacia el
Irkalla.
La diosa, conociendo a la reina del mundo inferior, Ereškigal -su
hermana y al parecer su encarnizada enemiga- y previendo lo que puede pasar, instruye
a su mensajero para que, en el caso de no regresar pasado tres días, se dirija
a la morada de los grandes dioses para pedirles que intercedan por ella. Según estricto orden, el mensajero deberá
dirigirse primero a Nippur, donde está el Ekur, la casa de Enlil; después a Ur,
al Ekinusgal, la casa de Nanna y, finalmente - cuando ninguno de los dioses
anteriores se pongan 'de su parte'- deberá ir a Eridu, a casa de Enki porque
como ella asegura:
"El padre Enki, el señor
de la sabiduría que conoce el alimento de la vida, que conoce el agua de la
vida ciertamente él me volverá a la vida".
El mensajero se va y ella
llega ante la puerta del mundo inferior donde 'habló malamente' pidiendo a
Neti, el portero, que le "abra la
casa, [que] quiero estar totalmente
sola"[4].
Ante su orden el portero le
pregunta "¿quién, por favor, eres
tú?"[5].
La diosa se identifica, el portero re-pregunta "Si tú eres Inanna del lugar donde se levanta el sol, por qué, por
favor, has venido a la tierra sin regreso?
La excusa de Inanna es falsa,
dice que viene a testificar los ritos funerarios de su cuñado, el esposo de su
hermana Ereškigal. Neti, siguiendo las
instrucciones de su reina Ereškigal, abre una a una las siete puertas del mundo
inferior y, al traspasar cada una de ellas, la diosa del cielo debe despojarse
de uno de sus atavíos.
Cada vez que la diosa pregunta
el porqué de ello, obtiene la misma respuesta:
"Calla,
Inanna, las ordenanzas del mundo inferior son perfectas. Oh, Inanna, no [resistas]
los ritos del mundo inferior".
Así, puerta tras puerta hasta
la séptima, donde le es removido el manto pala, el manto de su señorío. En ese
momento el texto señala que, Ereškigal, 'la pura' se sentó sobre el trono y
los Annunakis, "los siete jueces pronunciaron juicio
ante ella. Clavaron [sus] ojos en ella, los ojos de la muerte."
"La 'mujer' enferma" -suponemos que se refiere a Inanna "se convirtió en cadáver y su cadáver
fue colgado de una estaca".
Al cuarto día ("después que tres días y tres noches
han pasado") Ninšubur se lamenta por ella y se dirige a cumplir su
mandato. Va primero donde Enlil y suplica ante él pero no encontró respuesta
porque "su hija ha pedido el 'Gran
Arriba', ha pedido 'el Gran Abajo'" ahora ha llegado al lugar de las
ordenanzas del mundo inferior.
Frente a Nanna, en Ur, vuelve
a suplicar el fiel mensajero, obteniendo la misma respuesta anterior.
Finalmente, llega ante Enki, quien manifiesta su preocupación 'paternal:
Qué ha
sucedido a mi hija, estoy preocupado. Que ha sucedido con la reina de todas las tierras, estoy
preocupado!
Entonces el dios Enki da forma
al kurgarru y al kalaturru -dos seres asexuados, según
Pritchard- a quienes confía el alimento de la vida y el agua de la vida, el pulhu y el melammu: “Sesenta veces deberán
vaciar el agua y el alimento de la vida [y] seguramente Inanna se levantará".
Pritchard señala que, dio
mayores instrucciones pero desgraciadamente
no se encuentran todas. Hay 20 líneas destruidas.
Hecho lo que Enki dijo, Inanna
se levantó y....hasta los Annunaki huyeron.
La pregunta que surge es ¿quien
tomará su lugar en el mundo inferior ahora que Inanna ha revivido y asciende
desde el Mundo Inferior?
La diosa, rodeada de espectros
vaga de ciudad en ciudad por Súmer. El
primero al que encuentran, vestido de sacos y sentado en el polvo -actitud de
duelo-, es al fiel mensajero, Ninšubur, a quien los demonios quieren llevar
consigo al Mundo Inferior, e Inanna intercede por él, alabando sus virtudes de
fidelidad que le trajeron nuevamente a la vida.
Continúan el viaje y en Umma,
en el Templo de Sigkursagga encuentran a Šara, la diosa tutelar de la ciudad,
y ocurre igual petición, la respuesta es negativa.
En el templo de Emuškalamma en
Badtibira encontraron al dios Latarak, a quien tampoco aceptó que se llevasen.
La tablilla de la colección
babilónica de Yale agrega que llegaron hasta una ciudad desconocida que podría
ser la propia ciudad de la diosa, Uruk, porque menciona el Kullab, un distrito
adyacente a la ciudad. Y aquí, señala
Pritchard, "viene lo que es más
sorprendente, a diferencia de los dioses anteriores, Dummuzi no muestra signos
de congoja ni duelo, tampoco se arroja a los pies de Inanna, se sienta a si
mismo sobre "el gran asiento" ignorando totalmente a Inanna y a sus
acompañantes. Inanna coge a Dummuzi y lo entrega a los demonios para que le
lleven al Mundo Inferior. Dummuzi ruega al dios sol Utu para que le salve de
los demonios. En este punto del relato el texto se rompe y, nuevamente, el final del mito permanece desconocido".[6]
Cautivante suspenso que sólo
podrá ser aclarado con el tiempo, si es que alguna vez lo llegara a ser.
Yo quiero ir más allá del
texto, a un intento no de análisis literario-lingüístico, sino a una etapa
interpretativa, -basada esencialmente en su personaje principal -la diosa
Inanna/Ištar-, desde un ángulo diferente: el astral.
3. UN INTENTO DE INTERPRETACIÓN
3.1. El personaje principal: La diosa Inanna/Ištar.
Inanna/Ištar es quizás, la
divinidad de mayor trascendencia en la religión de los pueblos del Medio Oriente
Antiguo (MOA), incluso, me atrevería a insinuar que lo es para la historia de las
religiones de todos los pueblos.
Diferentes autores modernos
como también diversos documentos antiguos relacionados con ella, sugieren una
serie de interrogantes que hacen muy atractivo el personaje y plantean
problemas estimulantes.
Conocida como la diosa de los
mil nombres, en Mesopotamia fue conocida con nombres derivados de la
abreviación Ninni o Nin (dama del cielo), relacionada con Venus, Inanna,
Ininna, Ininni o Inin, también conocida por las manifestaciones de viña celeste
(Geštianna), señora del grano (Nidaba o Nisaba) madre tierra (Ninhursag) y
diosa madre (Nintud).
Los semitas la honraban en la
doble función de diosa de la guerra y del amor, Ištar, Belit (Soberana), en
Assur, Annunitum -como manifestación de la Ištar bélica adorada en Akkad y
Sippar- y Mammetum, correspondería a una
de las formas de la divina Ištar, una de las mimadas de Nergal.[7]
En Canaán fue conocida con los
nombres de ’Anat, Ašerah, Elat o Ilat, Astarté, Athart, Arsu (venus
matutina), Azizu (venus vespertina), Atargatis (unión de Isis y Aštoret). Ya
que mencionamos a una diosa egipcia como Isis, digamos que en Egipto
encontramos además, a Namais, -unión de Isis y Nanna- y a Anata, la unión
entre Isis y ’Anat. ’Anat era adorada como señora del cielo, señora de los
dioses, hija de Ptah (desde el Imperio Nuevo se evidencian influencias semitas
especialmente en Menphis).
No queremos aumentar los
nombres pero también era identificada con Afrodita, Artemisa, Venus, etc.
Intentar realizar un cuadro
genealógico que de razón de su parentela nos llevó mucho tiempo. Para muestra,
ver Cuaderno Judaico n° 14 y en el
manuscrito antiguo las páginas 6 y 7, en el nuevo manuscrito las páginas 200 a
la 204. Quienes deseen conocerla podrán ver, en cualquiera de los tres
trabajos, ilustraciones variadas de la diosa, de sus amantes-padres-hermanos
y/o hijos.
Más allá de sus nombres y
lazos de parentesco ¿quién es esta divinidad? ¿Cómo llegó al lugar de
excelencia divina que ocupaba?
3.2. Sus funciones y roles.
Inanna/Ištar, identificada
desde épocas tempranas con el planeta Venus,
es una divinidad conflictiva. Como diosa de la guerra le compete guiar a
los ejércitos a la guerra, abatir a los enemigos y "amontonar los
cadáveres de los soldados en el campo y no permitir que sus tropas usen
misericordia".
Como diosa del amor y la
fecundidad, en cambio, debe necesariamente velar por el matrimonio, la
fertilidad y la fecundidad de los hombres, los animales y la vegetación
(hierogamia).
Pero, curiosamente, presenta
también problemas de sexo (género), es eminentemente femenina en Mesopotamia
-valga decir que en su carácter de Venus es femenina sólo como estrella
vespertina y, en Canaán Athart o Astarté detentan igual sexo.
Como Venus matutina o en sus
formas de Arsu y Azizu entre los arameos, posee sexo masculino. Igual ocurre
con Athart en Arabia Meridional, Astar en Etiopía. Portadora de ambos sexos o
sexo intermedio o ser andrógino, encontramos a la Inanna sumeria descrita por
Cid y Riu y a la diosa Ištar de la que habla Simon, la que detenta los dos
sexos y era "Venus y Marte a la vez".
Tenemos una divinidad
vespertina/matutina que detenta sexo femenino/masculino y cuyas funciones
primordiales son el amor y la guerra respectivamente.
Esta diosa llegó a ser
considerada la diosa del cielo, la hieródula celeste, o como bien dice Enki,
la "dueña de todas las tierras". El significado de 'todas las
tierras' ¿incluirá las 'tierras de arriba' y las 'de abajo'?.
3.3. Los mesopotamios y la escritura del cielo
Habiendo sido creados para
servir a los dioses, el mesopotamio era un hombre que vivía pendiente de los
deseos de éstos y, para conocerlos,
escrutaban constantemente la escritura del cielo ya que los dioses dejaban saber sus deseos y
designios de modos diversos. Por ello, el mesopotamio escudriñaba ávidamente
el lenguaje del cielo, la interpretación de los sueños y la hepatoscopía.
¿Qué sabían los mesopotamios de astronomía?
Quienes se han dedicado a la
Historia de las Ciencias concuerdan en que la astronomía asiro-babilónica es,
fundamentalmente, una ciencia de observación y una disciplina teórica donde las
matemáticas juegan un papel muy importante.
Para ello se basan en el
material conocido hasta el momento y que consta de colecciones de presagios,
tablillas astronómicas propiamente tales, donde aparecen los nombres de
constelaciones o planetas.
Ya en la época del rey
Ammizaduga (1650 ca) se tenía conocimiento de observaciones sobre las
apariciones y desapariciones de Venus, entre otros planetas (cfr ver tablilla
en Cuaderno Judaico 14 o manuscrito antiguo, pp. 84b y 63 respectivamente)
Importante fue, en este rubro
la "astrología" que se basaba en
la creencia de una relación entre la vida humana y la posición de los
astros en el momento del nacimiento de una persona.
Para los mesopotamios existía
relación entre los hechos astrales y los hechos humanos, importante era, pues,
precisar la posición relativa de un planeta y de un signo zodiacal.
Todo elemento del universo podía
ser considerado como un signo premonitorio estrechamente vinculado al destino
humano.
Por eso, el mesopotamio
continua y ordenadamente observaba el suceder de las cosas, constatando que
había una repetición rítmica de los fenómenos[8].
De ahí que para ellos
revistiera importancia los "fenómenos insólitos y raros que constituían
puntos de referencia fácilmente discernibles y que no podían prestarse a
confusiones”[9]
Para la lectura de los
presagios es importante saber leer "el movimiento de los astros, sus
relaciones recíprocas, los fenómenos celestes y las perturbaciones
atmosféricas"[10]
El cielo aparece dividido en
estaciones que determinan los caminos celestes, estas estaciones pertenecen a
los grandes dioses, Anu, cuya banda o camino está sobre el Ecuador celeste,
Enlil, tiene una segunda banda sobre el Trópico de Cáncer y la tercera
corresponde a Ea, sobre el Trópico de Capricornio.
"Estos caminos sirven como planos de referencias para la localización o
el movimiento de los astros. Por otra parte -continua el autor- los astrólogos babilónicos admitían que los
lugares terrestres se reflejaban de algún modo en la bóveda de los cielos y que
existían entre las dos imágenes relaciones fundamentales y sutiles"
(60).
Los astrólogos daban vital
importancia además, a la brillantez de los planetas. Debemos pues, suponer que
los babilonios conocían de astronomía, sus observaciones pertinentes y
acertadas están documentadas desde antiguo. Y, por sobre todo, se concuerda que
Venus es el planeta más estudiado (por las observaciones sobre sus períodos de
visibilidad e invisibilidad, entre otras cosas), sin dejar de aceptar que
conocían siete planetas, a los que les atribuyen relaciones con colores,
metales y características específicas.
Como nuestra intención no es la
de realizar un estudio exhaustivo de astronomía mesopotámica sino intentar
obtener -en lo posible-, una explicación de la importancia de Inanna-Ištar a
través del comportamiento astral del planeta que la representa: Venus. Veamos
que nos dice la astronomía moderna:
Para ello, es útil a nuestros
propósitos conocer la opinión de algunos astrónomos sobre el particular.
Fred Whipple en su obra Orbiting
the sun[11]
señala textualmente que son "cinco
[los] brillantes planetas han sido conocidos por el hombre desde hace muchos
miles de años, pero en la antigüedad ellos eran vistos como misteriosas
divinidades celestiales cuyos variados movimientos parecían reflejar los
caprichos de los seres superiores.....
"Los planetas mismos muestran mucho de los antiguos dioses para quienes
ellos fueron nominados...[el autor continua señalando que] Venus es la estrella vespertina y matutina a
la vez...el objeto más brillantes del cielo con excepción del sol y la luna....[además]...es frecuentemente visible a la luz del
día y capaz de modelar sombras en la noche....
"Cuando el crescente es delgado, los cuerpos parecen extenderse más que
la mitad alrededor del disco, como si la irradiación de la brillante superficie
estuviera produciendo una ilusión óptica[12]
Complementando lo anterior, en
la obra de Zdenek Kopal, The realm of the terrestrial planets,
escribió: "El Planeta Venus, nuestro
vecino más cercano en el espacio y glorioso adorno de nuestro cielo vespertino
y matutino, ha llamado la atención de los hombres casi tanto tiempo como la
luna...
"Su posición cambiante en el cielo atrajo la atención de los
observadores babilonios en épocas tan tempranas como el segundo milenio y la
primera tablilla [conocida] acerca de
sus movimientos fue la escrita durante el reinado del rey Ammizaduga, en la
primera mitad del siglo XVII aec...
"Mientras la luna era el patrón de la caza y la fertilidad [simbolizada
por la diosa griega Artemisa] Venus
personificaba a la diosa del amor [Afrodita] un rango al que ella pareciera estar más que calificada a causa de sus
traviesos cambios de apariencia...."
Otro gran autor, Neugebauer
-uno de los más grandes especialistas en astronomía babilónica- señala que
Venus ha sido uno de los planetas más estudiados y mucho podríamos saber de él
si no aconteciera que el material que ha llegado hasta nosotros está en un
estado de conservación tan deteriorado que no hace posible un claro desciframiento
de ellos.
¿Qué tenemos hasta aquí?
Puede decirse que, de los
cinco planetas conocidos por los mesopotamios, Venus es el único que puede
apreciarse a simple vista y sin la menor dificultad. Su atmósfera, que ahora
sabemos cubierta de nubes, y la proximidad al sol la hace fulgurar de un modo
excepcional. Tanto es así, que se ha comprobado que este planeta irradia dos
veces más luz que la tierra y, en ocasiones, es visible en pleno día.
El planeta gira sobre su
propio eje de modo contrario a la forma como los demás planetas giran sobre el
suyo. En este sentido, podría decirse que Venus es una oveja negra dentro del
sistema solar porque no sólo tiene un movimiento diferente sino que, además,
gira de un modo mucho más lento.
El planeta tiene una doble
aparición diaria y momentos de invisibilidad que son producto, uno, de la
actividad diaria en la que la estrella vespertina cae en el horizonte y
desaparece hasta la mañana siguiente y, el otro, a consecuencia de su mayor
proximidad al sol lo que hace que sea vea opacada por la brillante luz solar.
A lo enunciado anteriormente hay que sumar el hecho de que presenta fases
visibles también a simple vista.
Indudablemente que un planeta
de tales características fácilmente debió llamar la atención del hombre de esa
época. En especial, de los sacerdotes que escrutaban el cielo en busca de
designios divinos ya fueran favorables o desfavorables.
Si aceptáramos el supuesto que
la importancia que le ha sido asignada a la diosa tuviera relación -en mayor o
menor medida- con el comportamiento del planeta Venus y su tránsito por el
cielo, entonces, el siguiente paso sería intentar explicar la actuación de la
divinidad acorde a ese parámetro.
¿Cómo llegó al sitial en que
está?
Hay muchos textos que pueden
ayudarnos a comprender su sitial como diosa del cielo, de la sabiduría, del
poder político, etc.
Por ejemplo, el comienzo de la petición que la Asamblea de
dioses hace a Anu, para que asocie a la diosa a su destino.
A
Innin, la diosa que tú has poseído,
otorga
el conjunto de funciones divinas, que ella sea Antu, la esposa, tu igual..
que
ella hasta tu nombre se eleve
Y
aún más, que su manto tome posesión de los decretos de Enlil y de Ea
Que
solamente ella tenga los reinos de los cielos
y
de la tierra
Que
ella sea la más poderosa entre nosotros!
La respuesta de Anu es
plenamente satisfactoria para los dioses:
El
decreto de mi soberanía suprema es [semejante]
a los cielos armoniosos, sin igual
a los cielos armoniosos, sin igual
él
es mi límite establecido, cuyos umbrales
son
tan temibles, que no se pueden acercar.
Yo
soy Anu, el Señor, que vela sobre los dioses
[Oh
Ištar] guíales!
Coge
la órbita de su dominio, sé tú sola, soberana!
Ven,
sube al trono de mi realeza
y
asciende a lo más alto [de los cielos].
Los fragmentos pertenecen a la
tercera tablilla del relato La
exhaltación de Ištar, un hermoso poema que explica el modo en que
Inanna/Ištar llegó a ocupar un sitial de preferencia entre el concierto de
divinidades femeninas del panteón para convertirse, como veremos a
continuación, en la soberana de los dioses, la más brillante de las luminarias.
Como
surcos se aproximan
todas
las estrellas del cielo
semejante
a bueyes, ellos, los dioses que
caminan
delante
han
cogido el camino correcto.
En
este lugar, Ištar álzate a la realeza
entre todos ellos!
Oh
Innin, sé tú la más brillante entre ellos
se
transforme tu lugar en el más alto.
Que
entonces la custodia misma de Sin y de Šamaš
radiante
sea tu resplandor
que
la brillante llama, tu luz al medio
del
cielo arda
Como
entre los dioses no hay quien te iguale
que
los pueblos te admiren!
Después
que el Señor a la hija de Sin
hubo
asignado su gran destino
No
le rehusó el ingreso al Templo Eanna,
su
santuario puro.
Después
que Anu, el Rey, a la diosa Innin
hubo
asignado su gran destino
y
que le hubo dado el Templo Eanna,
su
santuario puro,
el
adorna su persona con la vestimenta de la divinidad suprema
el
resplandor brillante de Sin
la
hace relucir como el día
de
soberbios adornos y divinos atavíos.
De
buen grado él da a su brazo el cetro
de
la realeza
árbol
terrible, arma sin perdón!
El
asegura sobre su cabeza la magnífica tiara
que
es semejante a la del jefe Nannar
mi
función que no puedo perder
todo
cuanto es mío te lo doy!
Como
a mi mismo [yo lo he hecho] que Enlil
Señor
de los países
legítimamente
también te trate con honor! (63)
El relato puede datarse en el
siglo XII aec, en plena época en que reinaba Nabucodonosor I (1146-1123).
Por una parte, nos habla sobre
el planeta en sí, dando las razones del porqué de su ubicación en el cielo, de
cómo está rodeada por otras estrellas y por qué es la más brillante de las
luminarias y por qué se ubica entre el sol y la luna, el día y la noche.
Por otra, implícito encontramos
su ubicación en la triada astral, que se corresponde a la perfección con la
iconografía.
Inanna/Ištar reúne en sí el
poder de la gran triada cósmica incluyendo los decretos de Enlil y Ea, los
"me" que son los elementos de la civilización y el porvenir del
hombre.[13]
A Inanna/Ištar le es entregado
de manos del propio Anu el cetro de la realeza. De ahí que ella jugara un rol
preponderante en el aspecto político, otorgando a los reyes su poder e
invistiéndolos de su realeza, gobernar las ciudades y decretar la duración de
los reinados. Varios escritos pueden ejemplificar lo dicho.
Si La exhaltación de Ištar nos narraba la ascensión de Inanna/Ištar a
lo más profundo del cielo, el que hoy nos ocupa la sumerge en lo más profundo
de la tierra, en el reino del que no se vuelve, el mundo inferior.
El relato podría,
perfectamente, estar dando razón de los momentos de visibilidad e
invisibilidad del planeta en el tránsito celeste. Eso, al menos, es lo que
quisimos testimoniar en la investigación publicada en 1984.
Conocemos, lo narrado por la
versión sumeria. La versión semita
cuenta:
Hacia
el país sin retorno, dominio de [Ereškigal]
Ištar,
la hija de Sin [ha vuelto] su pensamiento
Ella,
la hija de Sin tornó su pensamiento
hacia
la oscura morada, mansión del Irkalla.....
Hacia
la morada cuya entrada es sin salida,
hacia
el camino, cuya distancia es sin retorno,
hacia
la morada, donde aquellos que entran son privados de luz
donde
el polvo [alimenta] su hambre [y]
su
pan es la arcilla,
ellos
no ven la luz, ellos permanecen en tinieblas
ellos
están vestidos, semejantes a los pájaros,
con
una vestimenta de plumas
sobre
la puerta y el cerrojo se extiende el polvo"
En ambas está lo esencial: La
diosa ha decidido emprender un viaje el Mundo Inferior, cruzará sus puertas
para perderse en ellas y sumergirse en las tinieblas.
Una vez que hubo perdido toda
su vestimenta y traspasado la última puerta, el poeta semita nos indica que el
orden se trastrocó.
Después
que la señora Ištar [hubo descendido al Mundo Inferior]
el
toro no cubre a la vaca [el asno no monta a la
burra]
En
la calle [el hombre no fecunda a la doncella]
El
hombre yace [en su cámara, la doncella yace sobre
su costado][14]
lijamente el cuerpo de la diosa; con la sola excepción de la corona
de su cabeza, pareciera que no porta más insignias reales, el resto lo
constituyen sus joyas y los brillantes atuendos que cubren las partes de su
anatomía: el ceñidor de sus caderas, el calzón de su cuerpo.
Asimismo, es en la versión
semita donde encontramos el trozo aquél que señala que su detención ha causado
estragos en el ciclo de la vida: la fertilidad se ha detenido. No hay alusión
de este hecho en el relato sumerio.
El poeta nos señala que el
viaje de la diosa trae hondas consecuencias que irrumpen en el ciclo de la
vida. La diosa del amor y la procreación ha Pero volvamos a nuestro postulado inicial: El planeta sigue su curso inexorable, aparece en el atardecer y, gradualmente, va cayendo hasta desaparecer en el horizonte y perderse para volver a surgir en la mañana. ¿Hacia dónde fue? ¿Bajó a lo profundo del abismo? Labat nos reafirma la creencia o intuición primera al señalar que el relato viene a explicar el período de invisibilidad del planeta.
Cuando la diosa desciende al Mundo Inferior, debe traspasar siete puertas, siete etapas que la llevarán a su invisibilidad, para ser invisible debe despojarse de sus atuendos. ¿Corresponden los atuendos que se quita a las puertas que atraviesa? He aquí lo que señalan ambos relatos: el sumerio y el semita:
Ambas versiones, sumeria y accadia, tienen varios puntos en común y nos sirven para comparar ciertos detalles puntuales que nos permiten constatar un hecho curioso: el relato sumerio es mucho más ceremonial, más cultual: la diosa se despoja de los atavíos de su realeza.
El semita, es más sensual, recorre prosido retenida en el Mundo Inferior
y a consecuencia de ello la vida sexual se detiene sobre la tierra. Sólo su
regreso asegurará que el ciclo vital vuelva a la normalidad.
Ninšubur el fiel mensajero
golpea a las puertas de los grandes dioses, sólo Ea/Enki, el dios creador de
los hombres y poseedor de los instrumentos de la civilización actúa para hacerla
regresar. Curiosa la conexión entre la diosa del amor y la fertilidad y el
dios de la sabiduría, no es primera vez que la encontramos, ¿significará esto
una ratificación de la importancia del sexo como instrumento de civilización?.[15]
Merced a la ayuda de Enki, la
diosa retorna al Mundo de Arriba....el planeta hace su aparición como divinidad matutina.
Primero, la diosa del amor,
Venus vespertina que brilla fuertemente en el firmamento decide descender al
mundo inferior, cae sobre el horizonte y desaparece por un período de tiempo.
Ha ido, señalan algunos, en busca del amante de su juventud, Dummuzi, lo que
según decíamos no era efectivo.
Después de la intervención de
los seres creados por Enki, la diosa des-anda el camino y va recuperando
vestimenta y atributos. Encontramos otra diferencia entre los relatos: en la
versión semita ella recupera progresivamente y en orden inverso los atuendos
que perdió. El relato sumerio, en cambio, sólo hace alusión al cetro y a un
arma en su cintura. Este último elemento no estaba registrado entre las cosas
que fue entregando al traspasar cada una de las puertas (?)
Inanna
asciende desde el mundo inferior
los
pequeños demonios como la lanza de mango largo
los
grandes demonios como.....
caminaban
a su lado
Ella
al lado de su rostro no había [mensajero]
llevaba
una vara en su mano
Ella
al lado de su cuerpo no había [portador],
llevaba
un arma en la cintura
Los
que acompañaban a Inanna.
[eran
seres que]no conocen comida, no conocen agua
que
no comen harina esparcida
que
no beben agua libada
Que
arrebatan la esposa del regazo del marido
Que
arrebatan al niño del.....de la nodriza"
¿Solo vara/cetro y un arma
hacen de ella una imagen terrible ante
cuya presencia hasta los Anunnaki huyeron?
Venus, en toda su
majestuosidad brilla nuevamente en el firmamento, es visible nuevamente. ¿Ha
desaparecido en Uruk y aparecido en Akkad? Venus, en su aparición doble es
adorada como diosa vespertina en Uruk y como matutina en Accad.
Insistiendo en el punto
astral, intentamos encontrar una concordancia entre las siete puertas que
debía cruzar con idénticas fases del planeta. Pero ello no fue posible porque
las fases visibles del planeta, -a simple vista y siempre que las condiciones
climáticas lo permitan-, no son más de seis. Hay quienes aseguran que las fases
de Venus, al igual que la luna no son más que cuatro, no obstante es posible
distinguir hasta seis fases según lo atestigua el estudio fotográfico de
Slipher y que se encuentra en la lámina n° 85b CJ14 y 65a en manuscrito
original.
También intentamos ver en el
mapa estelar del cielo si era posible encontrar siete obstáculos que pudieran
equipararse a las siete puertas. En el encontramos lo siguiente: el río del
cielo, la vía láctea. Y las zonas que corresponden a los grandes dioses: la
primera, el Ecuador, de Anu, la segunda, el Trópico de Cáncer, Enlil y, la
tercera, el Trópico de Capricornio correspondiente a Ea, y, las estaciones zodiacales.
Tampoco tuvimos respuesta
desde ese punto de vista.
Pero recordando que los
mesopotamios creen en la llamada
"teoría de los espejos", esto es que todo cuanto sucede en el mundo
superior se refleja en la tierra, pensamos que podríamos ver exactamente las
siete puertas a las que hace mención el relato.
Entonces:
a) si Venus vespertina era adorada en Uruk y la Venus matutina en
Accad, ambas ciudades corresponderían al inicio y término del recorrido del
planeta.
b) Si Alfred Jeremías escribió que a cada uno de los cinco planetas
le corresponden grupos de estrellas fijas con las que cada planeta tiene una
vinculación esencial, estas estrellas eran puestas bajo la soberanía del
planeta.
c) Si a cada dios le correspondía un planeta (a Nergal Marte, a
Marduk Júpiter, etc) y a cada dios le competía reinar en una ciudad.
Entonces, ¿por qué no
superponer al mapa terrestre el mapa
estelar y ver qué es lo que acontece?
Si así lo hiciéramos, podríamos
eventualmente saber qué estrella fija corresponde a cada una de las ciudades
mesopotámicas.[16]
En el Descenso de Inanna/Ištar
aparecían en la primera estrofa de la versión sumeria del relato siete ciudades con sus siete templos, los que
ella abandona cuando emprende el viaje.
¿Podría existir algún modo de
relacionar estas siete ciudades con sus templos, con algunas estrellas?
La respuesta la ofrece el Ritual
del Año Nuevo donde la diosa es "asimilada" a siete estrellas,
dos de las cuales tienen una connotación estrecha con la fertilidad: Hegala, la
estrella de la abundancia y Balteša, la estrella de la sensualidad.
Si unimos todos los datos,
siguiendo rigurosamente ambos relatos, tendremos:
Aún cuando seguimos
rigurosamente el relato sumerio del Descenso
de Inanna y el Ritual del Año Nuevo en la secuencia tanto de las ciudades y
templos como de las estrellas, no nos fue posible asegurar con certeza que en
la lista que damos corresponda a cada ciudad determinada estrella. Pero lo
importante fue, a nuestro juicio el haber tenido la oportunidad de establecer
el recorrido astral y terrenal de la
diosa.
Sumado a ello agregaremos otra
idea que nos parece pertinente: también en este relato encontramos implícito
los roles de la diosa de la guerra y del amor íntimamente relacionado con sus
apariciones diarias.
Venus vespertina reina en
Uruk, una de las representantes más típicas del sistema sumerio de la
ciudad-estado, floreciente, civilizada, imbuida del ideal sumerio de la paz.
Venus matutina, en cambio,
reina en Agade, la ciudad capital, centro del gran imperio sargónida, cuyo
pensamiento, semita, es opuesto al sumerio, es imperial. Pero, en lo cultural,
sin embargo, absorbió la civilización sumeria formando una síntesis
extraordinaria, cuya manifestación más representativa en el arte, lo
encontramos en las pinturas murales de Mari, donde el pragmatismo e hieratismo
sumerio se ve alivianado por la fantasía semita.
Ahora bien, ¿que acontece con
la numerosa iconografía que tenemos de ella, por ejemplo, con un pie posado sobre
un león? También podríamos encontrar
respuesta revisando su tránsito por el mapa estelar.
Es aceptado por todos, sin
discusión, que Inanna/Ištar y el planeta
son un mismo ser divino, se sabe 'científicamente hablando' que posee un
comportamiento astral peculiar ¿por qué no aceptar que haya sido ese comportamiento
astral tan especial contemplado a fondo por los mesopotamios quienes lo
explicaron de la única forma que el hombre de esa época podía hacerlo, el
lenguaje mítico, ¿por qué no aceptar que
su preeminencia e importancia está dada por el comportamiento astral del
planeta?
No cabe duda que algunos dirán
que no hay bases suficientes para establecer que como diosa del amor y de la
fertilidad, Venus -en este caso vespertina- tuviese influencia directa o
indirectamente sobre ciertas particularidades del ciclo vital. Pero acaso ¿no
es decidor el que forme parte de una triada en la que se encuentra el sol y la
luna?.
Según Jeremías, es muy
significativo que en el principio del mes, especialmente en el día de luna
llena, es cuando el planeta tiene su más alta fuerza luminosa. En ese período,
señala el autor, mucho se valorizaba la vinculación de su aparición con nubes
iluminadas y con diferentes apariciones del viento: No olvidemos que el viento
trae las nubes, las nubes traen la lluvia, la lluvia fertiliza la
tierra....todos ellos elementos íntimamente relacionados con Sin, a cuyo lado
se encuentra y, que como hemos visto, la luna ha sido de antiguo asociada a los
ciclos de la naturaleza.
Creo que en el Descenso de Inanna, además de
encontrarla en su doble rol, de diosa de
la guerra y del amor, encontramos palpable su connotación astral ya que el
relato si correspondería específicamente a un intento de explicar su tránsito
estelar y su período de invisibilidad en el cielo.
¿Cómo sustraerse a una
personalidad como la de ella, quien a petición expresa de los dioses, llegó
ocupar el lugar más importante del
panteón detentando el poder supremo concedido por Anu?
Tengo la certeza que la
relación un tanto neurótica entre Inanna/Ištar y yo, iniciada hace mucho más
de una década, se mantiene vigente. Aun cuando no se evidencia en forma
continua está latente y trata de emerger continuamente. Incluso, en planteamientos
que parecieran tan alejados de su contexto como la historia, ¿la virgen
María?, ¿una Juana de Arco? y el feminismo actual, ¿acaso no es un intento
de liberar los aspectos que de esta diosa existe en el género femenino? ¿Acaso la mujer no tiene algo de virgen,
de guerrera, de amante, de madre?
Inanna/Ištar, manantial
inagotable, aguarda al acecho, esperando el minuto de reaparecer.
Así ocurrió en 1991-92, y surgió el estudio acerca de
Inanna/Ištar en la franja siro-canaanea. Mañana tal vez será en Egipto,
Grecia, América..... ¡nunca se sabe!
[1] Hay dos libros en los que se trata el tema de origen y
evolución de la diosa Inanna Ishtar publicados en Cuadernos Judaicos del Centro
de Estudios Judaicos de la Universidad de Chile y que pueden encontrarse
digitalizados en el sitio www.cuadernosjudaicos.cl
[5] Cuestiona
irreverentemente su poder y la increpa, como diciendo que ella no tiene derecho
a ordenar porque ese dominio no le pertenece
[6] ANET, 52, nota 6
[6] ANET, 52, nota 6
[10] id. ibíd.
[11] Whipple,
F. Orbiting the sun, p. 1
[12] Idem, p.182.
[13] En este punto se entronca con el relato al que hicimos
mención anteriormente, en el que Inanna
se apropia de los "me" que poseía Enki.
[14] He aquí que ha puesto en peligro la armonía, la fertilidad
de los campos, hombres y animales, todo para qué, por qué? ¿sólo porque puso su pensamiento en
el más abajo? Tal vez fuera todo un juego de dominio que la llevara a arriesgarse
porque también quiere tener el dominio total?
[15] Recordemos La epopeya de Guilgameš. "Donde
aparece la presencia de Enkidu, creado para competir con Guilgameš pero que
deviene en amigo y compañero. ¿Quien
es este Enkidu? Un ser que compartía un lenguaje común con los animales,
comunicación que pierde al humanizarse, una humanización realizada merced al
trato sexual con una 'ištaritu'. [falta intercalar el texto en CJ 14 p 74]
La moza, sacerdotisa
del templo de Eanna, representa a la diosa. El sexo nos es presentado como
principio de sabiduría ¿Qué
relación hay entre esta diosa y los dioses de la sabiduría? ver p. 74 y ss en
CJ 14.
[16] Por ejemplo, Taton señala que el cuadrado de Pegaso
corresponde al Templo de Babilonia y que Cáncer y Osa Mayor corresponden a
Sippar y Nippur respectivamente.
En el ANET vemos que
al E.SAGIL "imagen del cielo y de la tierra" se le denomina estrella
IKU. El E.SAGILA es el templo de Marduk en Babilonia. Pudiera ser, que ella
fuese la estrella fija que correspondiese a esa ciudad. Además, por el hecho de
su relación con Marduk, tal estrella estaría en íntima relación con el Planeta
Júpiter (Nebiru).
LOS PATRIARCAS Y LA PROMESA HOY
Abraham, Isaac y Yaacov son personajes importantes en el acontecer histórico de nuestro pueblo. Ellos están insertos en los orígenes mismos de Israel y son, con plena realidad, los iniciadores no sólo de nuestra historia sino también de la fe de Israel.
Todo comenzó con Abraham, un hombre que vivió una experiencia religiosa excepcional:
LEJ LEJA, Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre al lugar que te mostraré y haré de ti una nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendicen y a los que te maldicen maldeciré, serán benditas en ti todos las familias de la tierra
Abram escuchó el llamado, rompió con todo y abandonó el lugar de su residencia. Su suerte fue echada: él entró en diálogo con Dios, un Dios que le amó y cuya fe le tocó difundir en la tierra.
Sin mirar hacia atrás se dirigió a una tierra que desconocía, fue hacia un destino en el que habría numerosa descendencia, una tierra y una mediación universal en favor de 'todas las naciones'.
Era Abram de 99 años, cuando se le apareció Dios y le dijo Yo soy el Todopoderoso, anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti y te multiplicaré en gran manera...
Mas adelante el texto señala que Abraham se postró rostro en tierra y Dios le señaló Hé aquí mi pacto... y se lo anunció.
Abram supo que ese pacto no era con Abram sino con Abraham, es decir, con el padre de muchos pueblos, en ese momento estaba en juego el futuro de más de un pueblo.
A los cien años se le prometió un hijo en Sarai, su mujer. Al escucharlo, ambos rieron: ¿un hijo a su edad y siendo ella una mujer estéril? Nada es imposible para Dios, el hijo nació y de este modo comenzó el cumplimiento de la promesa: Puesto que hay descendencia hay también futuro.
Dios podía estar absolutamente seguro de la obediencia y de la fe de Abraham. También esta fe y obediencia a Sus mandatos serían continuadas en su hijo Isaac. Sin embargo, vemos que Dios le dice:
Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac a quien amas y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en sacrificio sobre uno de los montes que Yo te diré.
Y ¿qué sucedió? Abraham no dijo nada. Se levantó muy de mañana y se preparó para el viaje. Curioso, Abraham no cuestionó la orden divina, una orden que contradecía la propia promesa que Dios le hizo: Isaac era la continuación de la simiente de Abraham, era el futuro, la descendencia numerosa.
Fuente de obtención de la imagen: artehistoria.jcyl.es
¿Por qué Abraham, que en otras oportunidades había intercedido ante Dios por los demás, esta vez no lo hizo en favor de su propio hijo?
Cuando todo estaba dispuesto para el cumplimiento de la orden divina, llegó la contra-orden y el acto sacrificial no se consumó. ¿Por qué? Hay quienes dicen que fue para enseñarnos que el Dios de Israel no precisa de sacrificios humanos. Otros señalan que fue para enseñarnos que un padre no debe tener preferencia por uno de sus hijos.
En todo caso Isaac sobrevivió y se casó. Eligió esposa no entre las mujeres cana’aneas, sino desposó a una de la familia. Tuvieron dos hijos Esaú y Yaacov. Yaacov supo de una vida azarosa, de engaños, exilio y retorno. Yaacov fue un hombre al que Dios bendijo con una descendencia numerosa: doce hijos, que constituyeron las doce tribus de Israel.
Yaacov y sus doce hijos
Fte. de obtención de la imagen: actividadesmormonas.com
Abraham, Isaac y Yaacov constituyeron la cadena esencial en la formación de nuestro pueblo. Eran hombres que tenían una profunda fe en ese Dios que siempre les acompañó y que les ayudó a forjar un fuerte sentido de pueblo. Ellos fueron hombres que siempre -incluso en los peores momentos- estuvieron seguros de que la promesa divina se haría realidad si mantenían la alianza.
Y lo que surgió con ellos se mantiene vigente en nuestros días porque nosotros, el pueblo de Israel mantenemos nuestra fe en la promesa. Y... ¡¿como no hacerlo!?
La descendencia existe a pesar de que través de cuatro mil años de historia se han levantado muchos pueblos para exterminar al nuestro: egipcios,asirios, babilonios, seléucidas, romanos.... potencias de antaño que ya no existen. Los enemigos modernos, como Hitler, también han perecido. El pueblo judío, en cambio, sigue vivo.
La tierra de promisión que Dios juró dar a Abraham y a su progenie es Eretz Canaán, a la que los hebreos llamaron Eretz Israel, Tierra de Israel.
En esa tierra asentaron sus tiendas nuestros patriarcas. A esa tierra debía Moisés llevar a los esclavos que liberó de Egipto. En esa tierra surgió la monarquía, David conquistó Jerusalem y Salomón construyó el templo.
En esa tierra hubo vida judía independiente y soberana. A esa misma tierra regresaron los exiliados de Babilonia y reconstruyeron la vida nacional. Allí se alzaron nuestros hermanos -en repetidas rebeliones destinadas a hacer valer sus derechos y luchar por su libertad de culto y de pensamiento.
En esa tierra estuvieron puestos los ojos de miles de judíos dispersos por el mundo que, diariamente, oraban por la reconstrucción de Jerusalem y la redención nacional. Y, a esa tierra que Dios prometió a nuestros padres por heredad, después de 2000 años de exilio, retornaron hermanos que decidieron dejar de ser meros espectadores de la historia para convertirse en actores de la misma y re-vivir la soberanía en Eretz Israel. Y, en Eretz Israel, la tierra de Israel, surgió Medinat Israel, el Estado de Israel.
Knesset. Parlamento de Israel
Fte. obtención de la imagen: bajurtov.wordpress.com
La promesa de entonces no ha perdido vigencia: existimos. Somos un pueblo y hemos vuelto a re-encontrarnos en nuestra tierra.
La Promesa se ha cumplido con creces:
"Bendito sea Aquél que nos ha otorgado vida y subsistencia y
nos ha permitido llegar hasta el presente"
SOBRE JUDAÍSMO, HISTORIA Y CULTURA JUDÍA
El pueblo de Israel es un pueblo que emerge en el segundo milenio antes de la era común y cuya historia se entronca con la historia de la cultura universal a la que, sin duda alguna, ha brindado aportes valiosos, recibiendo de ella, a su vez, influencias que han sido aprehendidas y re-elaboradas a la luz de la tradición.
Ha habido flujo y reflujo en estas relaciones, ha habido un intrincado juego de redes culturales entre diferentes sistemas de pensamiento que debe estar presente toda vez que se desee realizar un estudio serio de la cultura judía, cuyos anales abarcan alrededor de 4000 años.
Hablar de cultura judía es hablar de judaísmo y el judaísmo -como dijimos en nuestra presentación- es algo complejo, que trasciende la esfera de lo propiamente religioso.
Decíamos que el judaísmo es un sistema de vida basado en la Torá, concebida ésta como Torat-Jayim (enseñanza de vida).
A su vez, la Torá ha sido interpretada a la luz de la tradición oral, la que se encuentra compilada en el Talmud, palabra derivada de limed, enseñanza, y usada justamente en el sentido de enseñanza, conocimiento y estudio.
Es el Talmud el encargado de explicar y reglamentar todos los aspectos de la vida diaria con la finalidad explícita de no transgredir la enseñanza, es decir, de no transgredir la Torá.
A lo largo de cada una de las etapas de la vida del individuo, el judaísmo no sólo estipula lo que debe hacerse sino, además, cómo, dónde y cuándo hacerlo.
Puesto de este modo, es evidente que la forma de vida judaica se encuentre reglamentada hasta los más mínimos detalles y que, el judaísmo, -visto desde afuera-, resulte para muchos, un sistema totalitario y absorbente.
Uno de los intentos de definición más recientes del judaísmo es la del Rabino Mordechai Kaplan, quien lo define como una civilización y, como tal
Mordechai Kaplan. Imagen obtenida de http://www.gutenberg.org/
"...no tiene solamente que transmitirse, tiene que transformarse a medida que surgen nuevas necesidades. Es decir, tiene que hacer algo más que conservar las glorias del pasado, debe evolucionar para afrontar el desafío del futuro... "[1].
Y eso es justamente lo que acontece, de allí que a la luz de la Torá y bebiendo siempre de las mismas fuentes, el judío lee y re-lee, interpreta y re-interpreta las enseñanzas para poder vivir de acuerdo a ellas a lo largo de su historia y fruto de ese estudio y re-interpretación, conviven al interior del judaísmo diversas posiciones.
El judaísmo y la cultura judía son entendibles a la luz de la historia del pueblo judío y para conocer esta historia, desde sus inicios, debemos adentrarnos en la lectura de la Biblia que, como bien lo sabemos, es una colección de escritos conservados desde la época en que el pueblo hebreo poseía independencia y formaba parte de su literatura nacional que, posteriormente canonizada y con el carácter de Sagradas Escrituras, constituyó la base del judaísmo.
Los hechos narrados en ella cobraron su verdadera significación histórica cuando Jean Paul Botta descubrió en el norte del actual Irak relieves de un palacio asirio.
En ese instante comenzó la gran fiebre por la arqueología bíblica y se formaron numerosas sociedades de investigación arqueológicas que, tomando como base los escritos bíblicos, procedieron a realizar excavaciones con el fin de demostrar que la "Biblia era verdad".
De este modo, paulatinamente, el mundo fue siendo testigo de los descubrimientos que arrojaban luz a los acontecimientos relatados en dichos textos.
Con Jean Paul Botta salió a la luz el gran Sargón II, monarca asirio, vencedor de Samaria, la capital del Reino de Israel, y las inscripciones en las que se recordaban los detalles de la deportación de los israelitas[2].
En 1845 llegó a Mosul Henry Layard, quien se dedicó a excavar las grandes ciudades asirias: Nínive, Kalah y Assur. Sus hallazgos fueron importantes porque incluían relieves que mostraban a otro asirio, el rey Salmanasar III, recibiendo el tributo que le entregaba Jehú, "el temible monarca" israelita[3].
Al inglés Layard se debe el conocimiento del relieve que muestra a Sennaquerib asediando la ciudad de Lakish[4].
En 1872, hubo una gran conmoción cuando George Smith logró traducir la primera versión cuneiforme del "Diluvio".
Los hallazgos arqueológicos fueron en aumento. Ellos permitieron recuperar parte del patrimonio cultural de los pueblos con que, -en mayor o menor medida-, se contactó Israel y sacaron a la luz personajes y temas que tienen sus paralelos en el texto bíblico.
Nada viene de la nada ni brota por generación espontánea. La Biblia es producto de su medio: Israel no está sólo, debe estudiársele dentro del contexto de los pueblos del Medio Oriente donde se halla inserto y de las relaciones que mantuvo -a lo largo de toda sus historia- con los pueblos que lo rodeaban y, muy especialmente con el lugar desde donde se dice que habría surgido el primer patriarca: Abraham.
"Y dijo Dios a Abraham: Vete de tu tierra y de tu parentela a la tierra que Yo te mostraré..."
En Génesis 12:1 vemos a Abram convertirse en protagonista de una migración, producto de un acto de fe condicionado a las circunstancias de la época.
La historia de Abram (Abraham), siglo XVIII a.e.c., nos sitúa en plena época de Hammurabi, lo que implicaría que tanto Abraham como su familia habían asimilado la cultura súmero-babilónica mucho antes de que los hebreos formaran una nación.
El patriarca hebreo se fue de Mesopotamia por mandato divino, para dirigirse a la Tierra Prometida. Abandonó la zona pero no cortó relaciones con ella.
De hecho, hacia allá se dirigió Eliezer en busca de esposa para el hijo de su amo[5], También hacia esos lados huyó Jacob escapando de la ira de su hermano Esaú[6]. Fue allí donde encontró esposa[7] y desde allí retornó a la tierra de promisión[8].
El origen de esta familia patriarcal se encuentra en la Mesopotamia (actual Irak), lugar donde estuvieron insertos en el contexto socio-cultural de la zona y, al salir de allí para dirigirse a la Tierra Prometida, llevaron consigo todo ese bagaje cultural que adaptaron a su forma y aspiración de vida, de acuerdo a su propia concepción religiosa.
El Libro de Génesis ilustra la época patriarcal, Éxodo nos entronca con la figura de Moisés y los años de esclavitud a que fueron sometidos los hebreos cuando "se levantó un faraón que no conoció a José"[9].
Egipto y Canaán son vecinos cercanos y, a no dudar, desde tiempos prehistóricos hubo entre ambas zonas un continuo intercambio y comercio. Tanto los documentos egipcios como la Biblia atestiguan la costumbre semita de entrar al Valle del Nilo en épocas de sequía, en busca de pastura para sus animales.
Si bien no se han encontrado documentos egipcios que den testimonio directo de la presencia de Israel o de los hebreos en Egipto, no lo es menos que la tradición bíblica merece crédito, un crédito que debe otorgársele porque una tradición como la que narra no puede ser inventada.
No se trata de la narración de una epopeya gloriosa que marca el inicio de un pueblo, sino del recuerdo ignominioso de una servidumbre en una tierra extraña[10]. Algo así no puede ser más que el reflejo de una realidad lejana, pero realidad al fin, que se mantuvo viva por generaciones y que fue transmitida oralmente hasta el momento en fue puesta por escrito.
Por el lado egipcio hay una serie de condicionantes que explicarían esta falta de documentación. Por ejemplo:
a) los contactos siempre se realizaron en la zona del Delta donde, prácticamente, no se han encontrado documentos oficiales;
b) lo que se conoce sobre Egipto está basado principalmente en textos religiosos grabados en tumbas y templos y son muy pocos los informes especiales que han llegado hasta nosotros;
c) los egipcios normalmente no distinguían a las tribus o pueblos extranjeros o cautivos, mencionándolos bajo términos generalizados, nunca específicos;
d) los anales egipcios eran siempre positivos y enfatizaban las victorias del faraón. No acostumbraban a mencionar sus derrotas y debilidades a menos que estuviesen referidas a épocas pretéritas y hubiesen sido, finalmente, de modo satisfactorio.
Por el lado bíblico, al leer los relatos que hablan de la estancia de los hebreos en Egipto, se evidencia un rico colorido local que ilustra muy bien las costumbres egipcias.
Resulta notorio que quien haya reproducido estos relatos, especialmente los relacionados con José, debió ser alguien que conocía muy bien el país y sus costumbres[11].
El éxodo de Egipto, siglo XIII a.e.c.- es el acontecimiento fundamental de la historia de Israel. Es posible que no se encuentren datos extra-bíblicos al respecto, pero Israel ha recordado esta liberación en todas las épocas de su historia hasta nuestros días, conscientes de que fue ese acontecimiento el que los transformó verdaderamente en pueblo, a través del pacto en el Monte Sinai.
"Ahora pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre los pueblos porque mía es toda la tierra, seréis para mí un reino de sacerdotes, una nación santa..."[12]
La santidad se consigue a través del cumplimiento de la enseñanza de la Torá, que nos entrega una serie de deberes que llevan a una vida normada por conductas que no sólo dicen relación con la adoración, el ceremonial y la justicia, sino sobre materias tales como la filantropía, la amistad personal, la amabilidad, la actividad intelectual, la creación artística, la cortesía, la conservación de la salud y la atención sobre la dieta. En estos deberes el judío ve un llamado a Dios para que "éste salga de su absolutismo y entre en relación personal con él para hacer al hombre más personal, más auténticamente humano".[13]
En los libros Levítico, Números y Deuteronomio han sido compiladas, en forma exhaustiva, esas normas de comportamiento[14].
Con la revelación en el Sinai las tribus devinieron en pueblo. Corresponde ahora el ingreso a Canaán, al mando de Josué, de acuerdo a lo que Dios mandó:
"Ahora, pues, sé valiente y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres"[15].
Una historia libre en su patria, la Tierra de Israel, el paso de tribus confederadas a monarquía unificada: Es la época de Saúl, David y Salomón.
El siglo X a.e.c. fue el siglo que presenció la conquista de Jerusalem, ciudad que fue convertida en capital del reino y a la que David llevó el Arca de la Alianza[16].
Salomón, su sucesor, se preocupó de la construcción del Templo y de convertirla en un centro de comercio internacional[17]. A la muerte de Salomón, el "rey sabio", el reino se dividió. Jerusalem continuó como capital de la reducida monarquía de Judá, a la que permanecieron fieles las tribus de Judá y Benjamin, quienes aceptaron al hijo de Salomón como heredero al trono.
Las diez tribus restantes juraron lealtad a Jeroboam e instauraron el Reino de Israel, al norte, cuya capital fue Samaria. La historia independiente de ambos reinos fue sesgada por los conquistadores asirios y babilonios.
Los asirios pusieron fin al Reino de Israel y deportaron a sus habitantes, como resultado de ello se habla de las "diez tribus perdidas"[18].
En el 586 a .e.c., los neobabilonios, después de largos tres años de asedio a la ciudad de Jerusalem, destruyeron el Templo, devastaron la ciudad y los sacerdotes y dirigentes fueron exiliados a Babilonia[19].
En este momento histórico se produjo el segundo encuentro de Israel con la cultura mesopotámica.
A diferencia de lo que aconteció con los habitantes del reino de Israel, los de Judá sobrevivieron como judíos y el judaísmo se mantuvo a pesar del cautiverio.
Esto fue posible porque los judíos que llegaron a Babilonia poseían una colección de escritos que llegaron a ser el núcleo de la Torá y les permitió mantener vivos aquellos recuerdos que debían y querían conservar[20].
Sin la existencia del Templo no puede haber sacrificios que ofrendar a Dios, entonces, surgieron una serie de modificaciones importantes:
a) surgió el "lugar de reunión", la beit haknéset o casa de la asamblea, donde la lectura de las escrituras constituyó la base del ritual sinagogal.
b) las oraciones y algunos ayunos vinieron a reemplazar a los sacrificios[21].
Durante el exilio, el saber y la instrucción babilónicas fueron infiltrándose en la mente y el pensamiento hebreo de modo tal, que a su regreso, llevaron consigo diversas prácticas litúrgicas, educativas y jurídicas que adaptaron a su aspiración de vida y a su concepción religiosa.
Babilonia fue destruida a su vez por Ciro, rey de Persia:
"En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Adonai, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de Ciro de Persia, que manda a publicar de palabra y por escrito en todo su reino: Así habla Ciro, rey de Persia: Yahvé, el dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra. El meha encargado que le edifique una casa en Jerusalem, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él y suba!"[22].
Ezra, el escriba, fue el encargado de encabezar el núcleo de judíos que, -exiliados en Babilonia-, decidieron retornar a su patria. Quienes regresaron encontraron una realidad que no correspondía a las imágenes idílicas de los profetas:
Había una pequeña comunidad desmoralizada, numerosos matrimonios mixtos y una población casi abandonada en lo religioso y bastante proclive a cultos extranjeros[23]. No obstante la desilusión, los recién llegados lucharon y trabajaron duramente. Ezra con gran energía organizó la comunidad y obtuvo de los judíos el compromiso de vivir de acuerdo a la Torá[24].
Cerca de 112 años vivieron en relativa paz hasta que Oriente se convulsionó con la llegada de Alejandro Magno. Alejandro representó mucho más que una mera corriente bélica victoriosa: llevó consigo la cultura helénica a Oriente y el choque cultural produjo obras de gran envergadura[25].
A la muerte de Alejandro, sus generales se dividieron el vasto imperio. Así fue como en Oriente Seleuco quedó con la parte norte, -capital Antioquía-, y Ptolomeo heredó Egipto, con Alejandría como su capital.
Emergieron dos grandes imperios, el Seléucida y el Lágida. La lucha entre ambos poderes imperiales fueron frecuentes y el pequeño estado judío cambió de manos varias veces.
En el siglo II a.e.c., los judíos eran tributarios de los seléucidas. Su rey, Antíoco, estableció que sólo Zeus podía ser objeto de adoración y colocó una estatua de esta divinidad en el Templo de Jerusalem para que se le rindiera culto.
La rebelión surgió en el norte, en Modiín, encabezada por Matatías, de la familia de los hasmoneos. La victoria llegó recién en el 165 a .e.c.[26].
Luego de una época de monarquía idumea y de procuradores romanos[27]. Roma envió tropas a esa zona para imponer el orden.
Después de tres años de asedio, un 9 de Av del año 70 e.c., los romanos abrieron una brecha en los muros de Jerusalem e ingresaron a ella victoriosos. Los romanos conquistaron y avanzaron al interior de la ciudad e incendiaron el Templo. Más tarde, prohibieron a los judíos residir en Jerusalem y la expulsión, por edicto, dio origen a la gran Diáspora, el Galut.
Así se inició la segunda fase de la historia de este pueblo.
En Oriente y Occidente se instalaron comunidades judías que vivieron en barrios cerrados y acorde a sus tradiciones y costumbres.
En Europa, la existencia de núcleos de judíos está comprobado desde fines de la época bíblica. Su número fue en aumento gracias a las conversiones, la deportación de prisioneros de guerra y las migraciones pacíficas hacia la capital del Imperio.
Comunidades establecidas con todos los requisitos que precisa una comunidad judía se encuentran en Europa sólo a contar del siglo III.
La situación de los judíos fue cambiando con el tiempo. En un comienzo, cuando el Imperio Romano era todavía pagano, los judíos eran tratados con tolerancia y el judaísmo era considerado una "religio lícita".
Esta situación cambió cuando el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio. Desde entonces se comenzó a vivir un clima de intolerancia y la Iglesia Católica empezó a desarrollar, lentamente, un código antijudío que alcanzó su forma definitiva en el Concilio de Letrán en 1215. Las restricciones que el Concilio impuso a los judíos se vieron reforzadas por el prejuicio popular.
En Oriente las cosas no se dieron mejor. Los judíos vivían inmersos en un sistema totalitario cuyos habitantes dividieron el mundo en dos partes.
La primera, aquella donde domina el Islam y en la que no hay lugar para la existencia de herejes (Dar-ul-Islam), y, la segunda, el resto del mundo, contra el cual los musulmanes estaban en guerra con el objeto de conquistarlo e imponer el Islam (Dar-ul-jarb).
La guerra contra esta parte del mundo es una guerra santa (Djihad) a la que está obligado el musulmán en defensa de su comunidad y de la propagación de su fe.
En este mundo del Islam, se tolera a los que pertenecen al Pueblo del Libro (ahl-ul-kitab) en calidad de "Dhimmi".
La designación de "dhimmi" se otorga tanto a los judíos como a los cristianos que habitan en países gobernados por el Islam. La calidad de dhimmi permite la posibilidad de vivir en el seno del mundo islámico basándose en un sistema, debidamente establecido desde el punto de vista jurídico-legal-religioso, que les asegura protección a cambio del pago de un impuesto: la "giziá".
La "giziá" es "la condición fundamental y permanente del vínculo entre el musulmán y el dhimmi". Este impuesto "señala la diferencia entre los miembros de la sociedad gobernante y los integrantes de las congregaciones toleradas... [y no sólo] provee una fuente de ingresos para el gobierno y protección del dhimmi [sino que] expresa el sentimiento de este último"[28].
Oriente y Occidente están inmersos en la religión, fuente de poder y dominio que maneja férreamente la vida de sus sociedades, situación que se prolonga largamente en el caso de los países orientales.
Diferente fue en Occidente, donde a partir del siglo XVIII se evidenciaron cambios que influyeron en la actitud de la sociedad hacia los judíos.
Una atmósfera más tolerante comenzó a respirarse desde entonces. Es posible que se debiera, -entre otros factores-, a una nueva concepción de estado, donde éste deviene en soberano y propugna su propio desarrollo incrementando su poderío político y económico. Se impone la "raison d'état"[29].
Comienza a palparse este cambio de actitud y en diferentes países de Europa se alzaron las voces de prominentes hombres. Es así como encontramos a Wilhelm Dohm (Austria), quien expuso el problema de la falta de derechos de los judíos y aseguró la utilidad que éstos pueden prestar al gobierno[30].
Jean Bodin -en Francia- hizo presente a las autoridades el principio de la razón de Estado. Hugo Grotius -en Holanda- se preocupó de estudiar -a petición expresa del gobierno holandés- la situación de los judíos y planteó una serie de proposiciones tendientes a mejorar y elevar su condición.
John Toland -en Inglaterra- destacaba en sus obras que los judíos no perseguían poder político, cívico o religioso[31]. Luzatto, en Italia, señalaba que los judíos tenían derecho a ser tratados como ciudadanos en los lugares donde residían y donde "fueran mejor usados y tuvieran mayor seguridad".
Se dio inicio a los Tiempos Modernos donde encontramos el marco necesario para el surgimiento de diversas corrientes de pensamiento judaico como lo son, entre otras, el Iluminismo, Jasidismo, Ortodoxia, Reformismo y, por supuesto, el Sionismo.
Largo sería aquí referirnos a cada una de ellas, a sus iniciadores y seguidores[32]. Como así mismo, el detenernos a analizar los cambios que produjeron una nueva serie de valoraciones y los sucesos históricos entroncados con ellos y con el cambio de actitud hacia los judíos[33].
La Emancipación abatió los muros de los ghettos. Sus habitantes, en mayor o menor medida, comenzaron a integrarse a la sociedad circundante.
Las matemáticas, las ciencias naturales, la historia y la lengua del país donde residían -entre otras- fueron disciplinas que se sumaron a la tradicional enseñanza del Talmud Torá que se impartía en el jéder.
En algunos lugares antes, en otros después, no sin esfuerzo, los judíos devinieron en ciudadanos.
Sin importar el tiempo ni el lugar, en sus pensamientos, en sus oraciones, en su vida diaria, Sión estaba presente. Eretz Israel era fuente de inspiración y de esperanza: esperanza que tomó cuerpo en el siglo XIX de esta era, cuando en Basilea Theodor Herzl sentó las bases del que llegaría a ser el Estado de Israel.
"Todo es eterno-había dicho Herzl-hasta mis sueños, porque otros los soñaran cuando yo no esté..."
Herzl ha sido uno de los mas grandes visionarios de todos los tiempos. Un profeta con una fuerza y vitalidad generadora.
Su sueño fue la concreción de un estado judío con Jerusalem como su capital.
En su novela Altneuland, que ha llegado a ser el símbolo del Israel moderno, da una visión de como él prevé la vida en esa "vieja-nueva patria".
En el Estado Judío expresa su pensamiento respecto de la creación de un estado, diseña una bandera, determina el número de horas que debe durar la jornada de trabajo e incluso llega a decir de qué modo se iría poblando dicho estado.
"Im tirtzú ein-zo agadá"
(si lo deseáis no será una leyenda)
Así se hizo realidad la redención de Israel en su tierra, tercera etapa en la historia de este pueblo. La Historia del Moderno estado de Israel en 1948.
La historia de Israel, como es de esperar, incluye a partir de entonces, la vida de los judíos en el Estado Judío o Estado de Israel y en la Diáspora.
Bibliografía
Avineri, H. La Idea Sionista, Editorial Aurora S.A. Jerusalem
Baron, S.W. Historia social y religiosa del Pueblo Judío. Editorial Paidós, Bs. As. Argentina. (8 vols)
Bright, John. Historia de israel. Ed. Desclée de Brower.
Dubnow, S, Historia Universal del Pueblo Judío. Ed. S. Sigal, Bs. As. Argentina (10 vols).
Jewish Encyclopaedia, MacMillan Editores, S. A. – Artículos específicos: p.e. Zionism, Reformism, Religion, Haskalá, etc.
Enciclopedia Judaica, Weinfeld Editores, S.A. Artículos específicos
Pensamos que la preeminencia que esta diosa gozó en Mesopotamia fue el resultado de una especie de sincretismo religioso en el que esta divinidad habría resumido en sí los poderes de otras deidades femeninas. Dicho de otro modo, las divinidades femeninas que conocemos en Mesopotamia representarían manifestaciones diversas de Inanna/Ištar.
Las lecturas de los textos de Ras Šamrah-Ugarit, tomados como base para la ejecución del trabajo, permitieron tomar conciencia de que en la franja Siro-Cana’anea era posible encontrar una situación similar y que las diosas Ašerah, ‘Astart y ‘Anat correspondían a divinidades femeninas que cumplían las funciones detentadas por la mesopotámica Inanna/Ištar.
Siendo la israelita una de las culturas más importantes de la zona se pesquisó la presencia de estas divinidades en el texto bíblico, en cuyos relatos se evidencia la lucha constante del pueblo hebreo contra la idolatría y la asimilación de influencias externas.
En el presente escrito, pálido reflejo de los resultados obtenidos, la lectura que hemos hecho del texto bíblico es una lectura en la que hemos dejado de lado la crítica bíblica y la crítica histórica, aceptando el texto masorético hebreo tal como narra la historia del pueblo de Israel.
Uno de los más famosos historiadores de la religión Yezekiel Kauffman, en su obra Historia de la Fe de Israel, sostiene que el monoteísmo mosaico fue un fenómeno enteramente peculiar a Israel y afirma que sólo por el hecho de que Moisés mismo fue un israelita le fue posible crear el monoteísmo.
El monoteísmo mosaico, -afirma Kauffman-, fue una creación del genio israelita, pueblo que era totalmente incapaz de comprender la naturaleza del politeísmo por ser éste totalmente ajeno a su alta cultura.
Aún cuando esta posición posee un elemento de verdad, el investigador W.F. Albright asegura que es una afirmación que no se sostiene porque resulta del todo indudable que los primitivos hebreos estuvieron influenciados por sus vecinos cana’aneos: hubo creencias y prácticas comunes a ambos pueblos, y hubo posteriores préstamos y adaptaciones de la cultura cana’anea durante diversos períodos de la historia hebrea.
Albright acierta plenamente al decir que Israel, tal como lo conocemos, no habría existido sin el monoteísmo, creación del que Moisés fue el principal arquitecto.
Pero por otra parte, este investigador insistirá en que es indudable que hubo mucho intercambio de influencias culturales entre Israel y sus vecinos a lo largo de todo el territorio, y que hubo muchas irrupciones de paganismo en Israel, razones por las que las afirmaciones que Kauffman postula resultan increíbles. Y eso queda claro al revisar la historia de Israel según aparece narrada en el texto bíblico.
De la lectura queda en evidencia que Israel y la Biblia son producto de su medio y debemos entenderlos dentro del contexto del Medio Oriente Antiguo donde se hallaba inserto y de las relaciones que Israel mantuvo a lo largo de su historia con los pueblos que le rodeaban, y, si bien son muchos los temas que debemos considerar como producto y patrimonio mesoriental, no cabe la menor duda de que a ellos, en la Biblia, el pueblo hebreo supo imprimirles su impronta y su sello propio.
De acuerdo al texto bíblico, la historia de Israel se inició a comienzos del segundo milenio antes de la era común, con la aparición de Abram (posteriormente Abraham), el hombre que habiendo creído en el llamado de Dios, abandonó su heredad y su parentela para dirigirse a una tierra que "se le mostraría".
El origen de la familia patriarcal estaba en Mesopotamia, lugar donde estuvieron insertos en el contexto socio-cultural de la zona. Al salir de allí para dirigirse a la tierra de promisión, llevaron consigo todo el bagaje cultural mesopotámico de la época de Hammurabi, el que presumiblemente adaptaron a su forma y aspiración de vida, de acuerdo a su propia concepción religiosa, muy original y revolucionaria para ésa época.
Según el texto bíblico, con Abraham se inició la historia de los patriarcas y la percepción, quizás -desde el punto de vista del pensamiento judaico desarrollado con posterioridad-, de que con ellos se afianzaron creencias y valores diferentes y la toma de conciencia de ser una minoría con identidad propia. Una minoría que perseguía el cumplimiento de la promesa de tierra y descendencia que Dios les había hecho merced al cumplimiento de la señal del pacto (berit milá=la circuncisión).
La tierra prometida era Cana’an, importante por su posición geopolítica, ya que constituía la encrucijada de diferentes culturas históricas y mantenía contactos con Egipto, Anatolia, Creta y Grecia, además de Mesopotamia.
En ésa zona situada justo en el cruce de las grandes vías comerciales de la época, vivían una serie de pueblos mencionados en la Biblia de quienes los hebreos debían mantenerse alejados por motivos religiosos.
La religión de los patriarcas era una religión de clan basada en la confianza que el adorador tenía en su dios familiar. En este caso, en el dios de Abraham, Yitzjak y Ya’acov, un Dios que les acompañaba en su peregrinaje y que permanecería 'siempre con ellos', en tanto caminasen sus caminos.
Como la época histórica de los patriarcas tiene su co-relato en la historia general de los pueblos de la zona, las narraciones patriarcales bíblicas adquirieron su real validez a la luz de los hallazgos arqueológicos de Mari, los que ilustraron ciertas costumbres de la época patriarcal del mismo modo como lo hizo el estudio de la onomástica y la toponimia.
Lo importante de la época patriarcal es que se entronca con dos de las grandes promesas de Dios a su pueblo: la promesa de una tierra y de una descendencia que haría de él una nación grande.
El mismo Libro de Génesis, que ilustra la historia patriarcal, advierte sobre el futuro del pueblo: saber sabrás que peregrina será tu simiente en tierra extraña y los harán servir y los afligirán cuatrocientos años[3].
En los últimos capítulos de Génesis se narra el descenso de los hebreos a Egipto y su instalación en Gossen, uno de los territorios más fértiles de la nación egipcia. En Egipto los hebreos gozaron de gran prosperidad fructificaron y se multiplicaron hasta que llegó el momento en que ascendió un faraón que no conoció a José e instituyó una serie de medidas represivas que culminaron en esclavitud.
El éxodo de Egipto, acontecido en el siglo XIII a.e.c., es considerado como el acontecimiento fundamental de la historia de Israel. El siglo XIII adquirió así una vital importancia ya que el grupo humano que salió de Egipto se unió en torno a la divinidad que se reveló en el Sinai.
Fue así como los diversos clanes formaron una liga tribal unida en torno al Dios que allí se les reveló y que, la larga marcha que debieron realizar a través del desierto les permitió apreciar la aparición de ese Dios[4], la conclusión de la Alianza, la fundación de lazos comunes e íntimos entre Dios y el pueblo[5] y el anuncio del código de Dios[6].
En esa épica marcha por el desierto hay una vívida descripción de la ayuda que Dios brindó a "su pueblo" en los momentos de necesidad y una descripción de la falta de confianza del pueblo en relación al cumplimiento de las promesas divinas.
La etapa siguiente fue la de la conquista y el asentamiento en la tierra prometida, una tierra en la que ya habitaba una diversidad de pueblos que poseían también una floreciente cultura material, cuyo punto mas destacado lo constituyó la invención de la escritura alfabética.
Las ciudades fortificadas, verdadero mosaico de pequeños reinos, no poseían unidad ni centralización y entre ellas proliferaban las luchas intestinas que, sumadas al alto cobro de impuestos al que los sometía Egipto, les provocaba una debilidad extrema. Aprovechando esta debilidad los israelitas ingresaron a la zona para conquistarla y asentarse en ella. El movimiento de las tribus en su ingreso a Cana’an puede seguirse paso a paso en el relato bíblico[7].
El historiador John Bright señala que los poemas relacionados con Bala’am[8] "reflejan sin duda la consternación que estas victorias producían. Aunque no tenemos conocimiento directo de ello,-dice-, es probable que se hubieran convertido al Yahvismo clanes enteros" [9].
"Las victorias de Israel ocasionaron un aumento al por mayor en su número. Clanes y ciudades se adhirieron en masa y fueron incorporados a sus estructuras por medio de un pacto solemne[10]. Aunque el proceso de absorción continuó durante algún tiempo, la estructura tribal de Israel se completó rápidamente y recibió su forma constitutiva. Con esto se puede decir que comienza la historia de Israel"[11]
Este ingreso de Israel a Cana’an se entronca con un movimiento de pueblos de la época. De hecho, de no haber mediado su peculiaridad religiosa, también los hebreos habrían pasado sin pena ni gloria. Lo único que hizo que Israel sobresaliera en su medio ambiente y se convirtiera en el fenómeno distinto y creador que fue, ocurrió justamente gracias a su fe[12].
Desde el desierto, Israel trajo consigo su fe en el Dios que se les reveló en el Sinaí y se enraizó fuertemente en los acontecimientos históricos de este pueblo, sucesos que fueron interpretados y respondidos en relación a su fe. Con este Dios ellos pactaron una alianza y pasaron a constituirse en el pueblo de la alianza.
Este pensamiento se tradujo en instituciones importantes. La primera de ella fue la anfictionía. Merced a ella, todos los clanes se decían y reconocían descendientes de Abraham, Yitzjak y Ya’cov (/Israel).
La anfictionía estuvo en funcionamiento desde el siglo XII, es decir, se inició poco después de la conquista "cuando diversos elementos sedentarios del país, -que antes no habían adorado al Dios de Israel-, adoptaron la fe de los conquistadores".
La anfictionía debe entenderse pues, como una Liga Sagrada formada por un pacto con el Eterno (YHVH), pacto que a la vez viene a ser una re-afirmación y extensión de la Alianza del Sinai en la que se cimentó la existencia de Israel.
El culto del antiguo Israel era, en la época del desierto, bastante simple. Cuando se asentaron en Cana’an y absorbieron elementos poblacionales ajenos a él, el culto pudo verse un tanto complicado por el peligro de la infiltración de ritos paganos.
Los israelitas estaban constantemente advirtiendo contra la idolatría y la interacción con la gente de los otros pueblos. No obstante, desde este momento, quien se interne en la lectura de la Biblia encontrará que en las diferentes épocas de su historia, Israel estuvo en interacción con los pueblos de la zona. Lo que más impresiona de la lectura, es la constante lucha por mantener su identidad y no confundirse con los pueblos que le rodean.
Este deseo de no mezclarse y diferenciarse de sus vecinos se basa en la concepción de su Dios: único, celoso e implacable contra el politeísmo. En el texto bíblico continuamente encontramos la prohibición de hacer pacto con los habitantes del país[13] y un especial énfasis en los mandatos de no hacerse imágenes ni postrarse delante de ellas[14], derribar altares y talar sus árboles sagrados[15], según se expresa en diferentes versículos.
La importancia de no hacer pacto con los habitantes de esta tierra estriba en que, de hacerlo, serán invitados a comer los sacrificios que ofrendan a sus dioses y a confraternizar con sus mujeres lo que ciertamente llevará al pueblo a prostituirse[16].
No obstante el continuo recordatorio acerca de la idolatría, constantemente hubo israelitas que hipotecaron su herencia y adoraron dioses extraños. Los ejemplos de ello abundan en el texto bíblico.
En el Libro de Números se narra la invitación que las mujeres de Moab hicieron a los varones hebreos para incitarlos y perderlos en sus caminos[17].
Deuteronomio es un recordatorio de la experiencia de Israel en el monte Horeb, una exhortación a la obediencia y toma de posición contra la idolatría por cuanto "ninguna figura visteis el día que el Eterno (Yhvh) habló con vosotros de en medio del fuego"[18].
El capítulo seis de este libro, resume lo que ha pasado a denominarse el gran mandamiento, el Šemá’ Israel[19]
"Oye oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma y estas palabras que te prescribo hoy guardarás sobre
tu corazón y las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas
estando en tu casa y andando por el camino y al acostarte y
al levantarte, y las atarás como una señal en tu mano, y
estarán como frontales entre tus ojos y las escribirás en
los postes de tus casas y en las puertas de tus ciudades..."
Lo que Dios pide de Israel es guardar los preceptos, quitar la dureza de cerviz y el reconocimiento de que El es el Creador de todo cuanto existe, que es Dios de dioses y Señor de los Señores, el Dios grande, poderoso y temible. Si el pueblo cumple, entonces dice Dios:
(14) Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía, y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
(15) Daré también hierba en tu campo para tus ganados, y comerás y te saciarás,
(16) Guardaos pues, que vuestro corazón no se infatúe y aparteís y sirváis a dioses ajenos y os inclinéis a ellos.
El capítulo 12 del mismo libro (Deuteronomio) trae la reiteración de lo que deberán hacer según lo que Dios les ha pedido:
(1) Estos son los fueros y juicios que guardareís de hacer en la tierra que dio el Eterno, Dios de tus padres, a ti para heredarla, todos los días que vosotros viviréis sobre la tierra(2) arrasar abrasaréis todos los lugares en que sirvieron las gentes que vosotros heredáis, a sus dioses, que están sobre los montes altos y sobre los callados y debajo de todo árbol reverdecido.
(3) y derrocaréis sus aras y quebraréis sus estatuas y sus bosques arderéis en fuego, y las esculturas de sus dioses tajaréis y extirparéis su nombre del lugar éste.
Del mismo modo se actuará para castigar a todo aquel que incite al desvío sea en público como en privado y el castigo será severo[20]. No cabe ninguna duda de que el hombre que se apartare de los caminos de Dios será maldito[21].
"Maldito el hombre que hiciere estatua y fundición,
abominación del Eterno, obra de manos de maestro y
lo pusiere en lo encubierto. Y responderá todo el pueblo
y dirá Amén".
En Josué 24:20 y 23 encontramos el siguiente texto:
(20) Si dejareis al Eterno y sirviereis a dioses extraños, tornarse ha, hará mal a vosotros y consumirá a vosotros después que benefició a vosotros.
(23) Y ahora, apartad los dioses extraños que están entre vosotros e inclinad vues-tro corazón al Eterno, Dios de Israel.
En el texto de Jueces encontramos ya una definición en cuanto a los nombres de las divinidades cana’aneas: se menciona a Ba’al, Ašerah y ‘Aštoret. Es interesante notar que la traducción del texto que aquí entregamos, traduce el término Ašerah como arboleda. Al constatar esto, queda mas claro el mandato de derribar y talar los árboles que se mencionan en otros versículos.
(2:12) Y dejaron al Eterno, dios de sus padres, que les sacó de la tierra de Egipto y anduvieron tras otros dioses, de los dioses de los pueblos que estaban a sus alrededores y encorváronse a ellos y engañaron al Eterno.
(2:13) y dejaron al Eterno y sirvieron a Ba’al y a las Aštarot.
(3:5) Y los hijos de Israel estuvieron entre los Kena’aneos, el Hiteo y el Emoreo y el Periseo y el Jebuseo
(3:6) Y tomaron de ellos a sus hijas por mujeres, y sus hijas dieron a los hijos de ellos y sirvieron a sus dioses.
(3:7) e hicieron los hijos de Israel lo malo a los ojos del Eterno y olvidaron al eterno su Dios y sirvieron a los Ba’ales y a las arboledas.
Ciertamente esta actitud debía terminar y los altares de dioses paganos debían ser derribados como lo había mandado el Eterno para que no hubiese ni adoración ni sacrificios a dioses extraños.
En el Libro de Samuel se encuentra la exhortación que el profeta hace a Israel para que vuelva al camino del Eterno. El 'raconto histórico' que hace Samuel antes de morir recuerda las bondades que Dios ha concedido al pueblo de Israel y las veces en que éste se ha rebelado apartándose de sus caminos y sirviendo a "los Ba’ales y a las Aštarot[22] .
Las narraciones de los libros de Reyes se encuentran matizadas de versículos en los que se recuerda el desvío de los hijos de Israel ante dioses extraños y el hecho de que, en determinados reinados, podían encontrarse imágenes o símbolos de divinidades ajenas incluso al interior del Templo de Jerusalem.
Queda claro que solamente si los reyes caminan los caminos del Eterno, El estará con ellos al igual como antes lo estuvo con David. En caso contrario advierte:
(1 Re 9:6) Si tornaréis vosotros y vuestros hijos de mi y no guardaréis mis mandamientos y mis estatutos que di delante de vosotros y anduviereis y sirviereis a otros dioses y os inclinareis a ellos
(9:7) tajaré a Israel de sobre la faz de la tierra que le dí, y la casa que santifiqué enviaré delante de mi rostro, y será Israel por ejemplo y escarnio en todos los pueblos
No obstante la advertencia, hasta el rey sabio, Salomón, extravió sus caminos:
(1 Re 11:5) Y anduvo [Salomón] tras Aštoret. la diosa de los sidonios y tras Milcom, abominación de los Amonitas.
(11:6) E hizo Salomón lo malo a los ojos del Eterno y no cumplió como David su padre,
(11:7) entonces edificó Salomón ara a Kemoš, abominación de Moab en el monte que está enfrente de Yerušalayim y a Molej, abominación de los hijos de Amon
(11:8) y así hizo para todas sus mujeres extranjeras sahumaban y sacrificaban a sus dioses.
La situación lejos de mejorar empeoró con la división del reino y es así como con mayor asiduidad, encontramos el reclamo contra quienes han equivocado sus caminos:
(11:33) Porque me dejaron y se han encorvado a Aštoret, diosa de los sidonios, y a Kemoš, dios de Moab y a Milcom, dios de los hijos de Amón y no anduvieron en mis caminos, para hacer lo recto a mis ojos y mis estatutos y mis juicios, como David su padre.
(12:28) Y el rey tomó consejo e hizo dos becerros de oro y les dijo: "Basta para vosotros subir a Yerušalayim, he aquí tus dioses, Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto".
(12:29) Y puso uno en Bet El y uno puse en Dan
(12:30) y esto fue cosa para pecado.
(14:22) E hizo Judá lo malo a los ojos del Eterno y le hicieron celar mas que todo lo que hicieron sus padres con sus pecados cometieron.
(14:23)Y se edificaron ellos también altos y estatuas y arboledas; sobre todo collado alto y debajo de todo árbol reverdeciente
(14:24) y también hubo lujuria en la tierra e hicieron como todas las abominaciones de la gente que el Eterno desterró delante de los hijos de Israel.
Una de las épocas aciagas en la historia de Israel fue la del reinado de Ajab y su mujer Jezabel. Epoca en la que el profeta Eliahu reclama contra la idolatría que introdujo la reina sidonia. Este conflicto concluyó violentamente con las muerte de los "450 profetas de Ba’al y los 400 de Ašerah que comen de la mesa de Yezabel"(1 re 13:16b-19)
Ocozías, rey de Israel, "sirvió a Ba’al y se arrodilló ante él", incluso cuando sufrió un accidente "cayó enfermo envió a mensajeros a consultar a Ba’al Zebub, dios de Ekron"(2 Re 1:2) ante esta actitud Elías, el profeta, salió a su encuentro para preguntar "¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais a consultar a Ba’al Zebub?, dios de Ekron?"(2 Re 1:3b)
El hijo de Ajab, Yoram reino sobre Israel y aunque hizo lo malo a los ojos de Dios "mas no como su padre ni como su madre y quitó la estatua de Ba’al que hizo su padre..." (2 Re 3:2)
Otro de los reyes de Israel, Jehú, utilizó una estratagema para conocer a los adoradores de Ba’al, Una vez que lo consiguió sucedió que:
(2Re 10:26) Y sacaron las estatuas de la casa de Ba’al y quemáronlas
(10:27) y derribaron la estatua de Ba’al y derribaron la casa de Ba’al y pusiéronla por necesarias hasta hoy
(10:28) así extinguió Jehu a Ba’al de Israel.....
Durante el reinado de Atalía, madre de Ocozías, el pueblo ingresó a la casa de Ba’al para derrocar las estatuas y destruirlas. Incluso dieron muerte a Matán, el profeta de Ba’al y a la propia reina Atalía (2 Re 11:1-20)
El reinado de Acaz hijo de Jotam, rey de Judá no solamente se apartó el rey de los caminos correctos sino inclusive
(2Re 16:3b) hizo pasar por fuego a su hijo según las prácticas abominables de las naciones que Yhvh echó delante de los hijos de Israel.
(16:4) asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos y sobre los callados y debajo de todo árbol frondoso (cfr 2 Cr 28:1-27)
Las mismas prácticas encontramos en el reinado de Oseas
"Y levantaron estatuas e imágenes de Ašerah en todo
collado alto y debajo de todo árbol frondoso"
Y quemaron incienso, sirvieron ídolos y desecharon estatutos e hicieron todo aquello que Dios les había dicho "Vosotros o habéis de hacer esto", E incluso hicieron pasar por fuego a sus hijos y se dieron a agüeros y a adivinanzas (2 Re 17:9ss)
En la época de Ezequías, hijo de Acaz, rey de Judá, el rey anduvo por caminos correctos:
(2 Re 18:4) El quitó los lugares altos y quebró las imágenes
y cortó los símbolos de Ašerah, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta ese entonces le quemaban incienso los hijos de Israel, le llamó Nejuštan.
Manasés, su sucesor, volvió al sendero equivocado e hizo restaurar todos los altares que su padre había destruido.
En el reinado de Josías, cuando se estaban realizando trabajos en el templo, se encontró el Libro de la Ley y en base a su contenido, el rey comenzó a hacer reformas, lo que primero que hizo, lógicamente, fue una guerra sin cuartel en contra de la idolatría. El rey ordenó que:
(2 Re 23:4b) sacasen todos los utensilios que habían sido hechos para Ba’al, para Ašerah y para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalem, en el Valle del Kidron, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet El,
(23:5) Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemas en incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Yerušalayim y asimismo a los que quemaban incienso a Ba’al, al sol, a la luna y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos.
(23:6) hizo sacar la imagen de Ašerah fuera de la casa de Yhvh, fuera de Yeruša-layim, al valle del Kidron, y la quemó en el valle del kidron y la convirtió en polvo, y echó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
(23:7) Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Yhvh, en los cuales tejían las mujeres tiendas de Ašerah (2 Re 21:3, 2 Cr 33:3)
(23:13) asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Yerušalayim, la mano derecha del monte de la destrucción, los cuáles Salomón rey de Israel había edificado a Aštoret ídolo abominable de los sidonios, a Kemoš ídolo abominable de Moab y a Milkom ídolo abominable de los hijos de Amón
(23:14) y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Ašerah y llenó el lugar de ellos de huesos de hombres
(23:15) Igualmente el altar que estaba en Bet El y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; aquel altar y el lugar alto lo destruyó y lo quemó y lo hizo polvo y puso fuego a la imagen de Ašerah
(2 Re 23:13-15).
En el segundo libro de Crónicas encontramos la narración de los hechos de los reyes de Israel y de Judá, por tanto, en él encontramos una gran profusión de versículos relacionados con el desvío de algunos reyes y los intentos de otros de volver al camino recto.
En el Libro de Nehemías hay que destacar el capítulo 9 en el que Esdras confiesa los pecados de Israel, específicamente el versículo 8 en el que recuerda el becerro de fundición que los israelitas hicieron en el desierto.
También en el libro de Salmos encontramos, en parte, esta lucha que se da entre el Dios de israel y los ídolos de los pueblos vecinos. Una vívida descripción de cómo consideran a los ídolos, nos lo entrega el Salmo 115;
(3) Nuestro Dios está en los cielos. Todo lo que quiso ha hecho.
(4) Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres,
(5) Tienen boca más no hablan. Tienen ojos más no ven
(6) Orejas tienen más no oyen. Tienen narices mas no huelen,
(7) Manos tienen, mas no palpan, tienen pies mas no andan
no hablan con sus gargantas.
(8) semejantes a ellos son los que los hacen y cualquiera que confíe en ellos.
El Salmo 106 es una especie de confesión nacional en la que se revisa la actuación de los miembros del pueblo de Israel y sus continuas rebeldías frente a Dios. A nosotros nos interesan, en especial, aquellos versículos que dicen relación a la confección de un becerro de oro y la entrega a un culto foráneo.
El Salmo 135 es también importante: en él encontramos que las características del Dios de Israel son semejantes a aquellas que les son propias a Ba’al en su calidad de dios de la fertilidad y la vegetación.
En los textos poéticos también hay una clara muestra de esta lucha entre el pueblo de Israel y sus vecinos y la lista de ejemplos es abundante. No obstante, a este punto de nuestra enumeración de hechos, creemos pertinente mencionar aquellos elementos que nos llaman poderosamente la atención en los textos hasta aquí citados:
1) Los hebreos, -por las características de su pensamiento religioso-, tenían prohibición de hacer imágenes y adorar a otros dioses. Lo anterior no impidió que la Biblia mencione la existencia de otros dioses a los que los pueblos paganos adoraban. Incluso los menciona: Aštoret (de los sidonios), Ba’al (de Peor), Ba’al Zebub (de Ekron), Kemoš (de Moab), Molej y Milkom (de los amonitas) y Aserah. Esta última se menciona indicando no sólo a una divinidad sino también al símbolo de la misma.
2) En algunos de los textos citados los términos Ba’ales y Aštarot parecen corresponder a simples generalizaciones, como quien se refiere a "dioses y diosas".
3) La futilidad de los ídolos y dioses paganos se desprende de las descripciones que de ellas se hace: son obra humana que no ven ni oyen ni hablan y, por lo tanto, nada puede esperarse de ellas ni de los hombres que las fabrican y las adoran.
4) La frase que más se repite a los largo de los textos es "e hizo lo malo a los ojos de Dios". Ello indicaría que durante toda su existencia, los hebreos estuvieron sometidos a la tensión que implicaba el convivir con pueblos politeístas y los ritos que estos profesaban, especialmente en lo relacionado con la fertilidad.
Estas costumbres paganas los atraían e incluso comprometían su participación en ellas. Tanto es así que puede leerse que: "los lugares altos no fueron quitados pues el pueblo aun no había enderezado su corazón al Dios de sus padres" y, más adelante, en el reinado de Yotam, se vuelve a insistir que "el pueblo continuaba corrompiéndose".
5) Se menciona que en la época de Josías, este rey expulsó a todos los ejércitos de los cielos e incluso derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en casa del Eterno, en los cuales las mujeres tejían tiendas a Ašerah.
Muy decidora es la descripción de lo que Josías hizo con las imágenes de Ašerah, sus estatuas fundidas y sus esculturas las despedazó, desmenuzó y esparció el polvo sobre los sepulcros de quienes las habían adorado.
6) En lo que respecta a Ba’al, una divinidad a la que se combate con fuerza en el texto bíblico, es curioso destacar que el Dios de los hebreos ofrece a su pueblo, en tanto caminen sus caminos, los mismos beneficios que Ba’al otorgaba en tanto dios de la fertilidad, por lo que resultará comprensible la lucha que se da entre ambos ya que estarían disputando igual función.
7) El rol de la diosa Ašerah adquiere importancia a la luz de los textos. Tanto es así que:
a) La imagen de la diosa Ašerah y su símbolo aparecen frecuentemente mencio-nados en los textos e incluso se dice explícitamente que su símbolo estaba ubicado junto al altar del templo de Jerusalén. Curiosamente, en el reinado de Ezequías, la imagen de esta diosa fue sacada del Templo junto con la serpiente de bronce, Nechuštan, que databa de la época de Moisés.
b) La relación entre Ašerah y la serpiente es innegable tanto por lo que señalan algunas representaciones plásticas provenientes de Egipto o de zonas bajo influencia egipcia y también de algunos textos.
c) Las imágenes y estatuas de Ašerah aparecen siempre asociadas en callados altos y debajo de todo árbol frondoso.
8) Respecto a la diosa Aštart podemos decir que:
a) Su nombre aparece mencionado en el texto bíblico como el nombre de una ciudad cana’anea, Aštarot[23] y Aštarot Karnayim[24],
b) En tanto gentilicio aparece mencionada en 1 Cr 11:44, cuando hablan de Uzias el "aštarotita".
c) En relación a un templo o lugar en el que se ha edificado un templo o altar a la diosa aparece mencionada en 1 Re 11:, 1 Sam 31.10 y 1 Cr 10:10. Estos dos últimos en relación a la muerte del rey Saúl, cuya armadura fue llevada al templo de esta diosa.
d) También es mencionada en relación a Ba’al, cuando mencionan Ba’alim y aštarot, esto, en sentido genérico de ídolos.
9) Respecto a ‘Anat su rol es mínimo, hay evidencias que su posición fue opacada por la presencia de Aštoret. ‘Anat aparece mencionada especialmente en relación a nombres de lugares como ‘Anatot, y Bet ‘Anat y dos veces en relación a Šamgar a quien se denomina Ben ‘Anta (hijo de ‘Anat) en Jueces 3:31 y 5:6.
De lo anteriormente dicho podemos inferir que de las tres divinidades femeninas cana’a-neas importantes sólo Ašerah pareció haber ocupado un lugar preponderante y la forma como se la describe en el texto bíblico la señalan pues, no solo como importante sino como tolerada incluso, por circulos oficiales dentro del pueblo de Israel.
Olyan señala que existiría evidencia bíblica tanto del norte como del sur, que sugiere que Ašerah constituyó una parte legítima del culto del Dios de Israel en círculos no deuteronómicos e incluso entre grupos conservadores[25].
Asimismo sugiere que la asociación de Ašerah con el templo de Jerusalem y otros lugares altos en Judá denota una aceptación de la diosa y de su(s) símbolo(s) cultual(es) en la vida religiosa del pueblo. Su presencia indicaría un cierto sincretismo en el culto y una influencia pagana de la que difícilmente pudo librarse el culto yahvista[26] .
W.L. Reed[27] señala que en los libros de Exodo, Deuteronomio y Jueces, Ašerah es mostrada como una diosa madre, la favorita de los cana’aneos desde tiempos antiguos y que los hebreos la habrían conocido a través de sus vecinos. Su objeto de culto era un ídolo o una vara de madera que estaba de pie cerca del altar, en el santuario.
Pettey señala que el hecho de que los habitantes de Juda e Israel la honraran y le ofrecieran culto señala que la diosa habría sido aceptada en el culto popular y que pudo, incluso, haber sido considerada como la consorte de Yhvh[28]. En apoyo a su postura señala que muchos profetas profetizaron en épocas en que el culto de la diosa florecía y no obstante, nunca lo hicieron en contra de ella[29].
Continuamente, -dice-, hubo confusión entre las figuras de Ašerah y Aštart, especialmente en la traducción de los LXX donde ambas fueron fusionadas en un proceso de sincretismo en el que incluso sus nombres fueron intercambiables[30].
Nos parece que la posición de Pettey , referente al hecho de que pudiere haber sido considerada como la consorte de Yahveh y aceptada incluso por el culto oficialista, va mas allá de lo que el texto bíblico parece sugerir ya que constantemente estamos en presencia del deseo de adorar sólo a un único dios, Aquel que se manifestó en el Sinai y con quien los israelitas pactaron una Alianza.
En el texto bíblico encontramos un constante llamado a no confraternizar con los pueblos vecinos para no ser llevados a la idolatría, de mantenerse fieles a la Alianza y de expulsar a los ídolos de todo lugar donde pudieren haber sido puestos por monarcas impíos y gente que se dejó seducir por prácticas paganas.
No obstante esas continuas denuncias, la influencia del entorno influyó en el pueblo y por eso "el pueblo continuaba corrompiéndose y los lugares altos no fueron quitados pues el pueblo aun no había enderezado su corazón al Dios de sus padres".
No hay duda de que el monoteísmo hebreo debió abrirse paso dificultosamente en su entorno y fue resultado de un largo proceso en el que las influencias ajenas no estuvieron ausentes e incluso pueden rastrearse en la literatura tradicional israelita postbíblica.
Lo anterior es tan sólo un esbozo, al respecto queda aún mucho por decir.
[1] Letra š su pronunciación es como la sh inglesa, en “she”
[2] Signo ’ en una palabra indica que en el original hay una letra “ayin” ( )
[3] Génesis 15:13.
[4] Éxodo 19:16 y ss.
[5] Éxodo 24:34.
[6] Éxodo 2:23-24)
[7] Números 21:21-35.
[8] Números 22-24
[9] Bright, J. La historia de Israel, 144.
[10] Josué 24.
[11] Bright, J. op. cit., p. 145.
[12] Bright. J. id. íbid.
[13] Éxodo 34:12.
[14] Éxodo 20:4, 34:14,17.
[15] Éxodo 34;13, Deuteronomio 12:1-3.
[16] Éxodo 34:15-16.
[17]Números 25:2-5
[18] Deuteronomio 4:15
[19] Deuteronomio 6:4-9.
[20] Números 13.
[25] Oliyan, Asherah and the cult of Yahveh in Israel, p. 9.
[26] Olyan, 0p. cit., p. 4.
[27] Reed, W.L. The Asherah in the Old Testament
[28] Pettey, Asherah, goddess of Israel, p. 154.
[29] Pettey, op. cit. pp. 211-2.
[30] Pettey, op. cit. p. 202.
LA BIBLIA EN EL CONTEXTO DEL MEDIO ORIENTE ANTIGUO
Arqueología y Biblia
La Biblia puede considerarse como una colección de escritos conservados desde la época en que el pueblo hebreo poseía independencia. Estos escritos, que formaban parte de su literatura nacional, fueron posteriormente canonizados y, con el carácter de Sagradas Escrituras, constituyeron la base de la religión judía.
Los hechos narrados en la Biblia cobraron su verdadera dimensión histórica cuando Paul Émile Botta -cónsul de Francia en Mosul- descubrió en 1842 el palacio de Khorsabad, donde encontró relieves que ilustraban con todo detalle la deportación de los israelitas.
En ese momento comenzó, pues, la gran fiebre por la "arqueología bíblica" y se formaron numerosas sociedades de investigación arqueológica que, tomando como base los escritos bíblicos, procedieron a realizar excavaciones con el fin de demostrar que "la Biblia era verdad".
Desde ese entonces y hasta ahora, el mundo ha sido testigo de los descubrimientos que dan a conocer personajes, pueblos y sitios que en ella se mencionan y que vienen a atestiguar su valor como documento histórico. Con Paul Botta salió a la luz Sargón II, el monarca asirio vencedor de Samaria, la capital del reino de Israel, según se desprende de las inscripciones que recordaban los detalles de la deportación de los israelitas. Este hecho narrado en 2 Re 17,6 aconteció en el año 722/1 aec.
En 1845 llega a Mosul Henri Layard, quien se dedicó a excavar principalmente las grandes ciudades asirias: Nínive, Kalah y Assur. Sus hallazgos fueron de mucha importancia: pueden observarse relieves que muestran al monarca Salmanasar III recibiendo el tributo que le entrega Jehu, "el temible monarca israelita". Estos relieves pueden apreciarse en el monumento llamado Obelisco Negro. En la Biblia tiene su correlato en 1 Re 19,16 y 2 Re 9-10.
Los relieves asirios permitieron remontarse a la época de los vencedores de Israel evocados constantemente por los profetas. En 1872, la conmoción fue aún mayor, cuando Georges Smith logró traducir la primera versión cuneiforme del Diluvio.
Narración del Diluvio
Los hallazgos arqueológicos fueron en aumento cada vez mas y en lugares diversos, permitiendo recuperar parte del patrimonio cultural de los pueblos con los que, en mayor o menor medida, se contactó Israel y ha sacado a luz personajes y temas que tienen sus paralelos en el texto bíblico.
Desde el punto de vista literario, por ejemplo, no cabe duda alguna que los capítulos iniciales del Génesis, -que tratan de los relatos de la creación y el diluvio,- tienen sus antecedentes mesopotámicos. Por otro lado, el libro de los Salmos hace recordar himnos cúlticos mesopotámicos y egipcios, y el libro de Lamentaciones utiliza un artificio literario "la lamentación" que es una forma melancólica de poesía muy usada en la época.
Del mismo modo, personajes como Noé, Moisés y Job tienen sus paralelos mesopotámicos. Para el primero Ziusudra y Utnapishtim, los héroes del relato diluvio sumerio y asirio respectivamente; Moisés con Sargón de Akkad, en la semejanza de la leyenda de ambos: quienes son rescatados del río en una cesta embreada, Job tiene su correlato en el relato del Justo sufriente. Por otro lado, el Código Mosaico tiene sus antecesores en los códigos de Hammurabi, Bilalama y Ur Nammu.
Nada viene de la nada ni brota por generación espontánea, Israel y la Biblia son producto de su medio y debemos entenderlos en el contexto del Medio Oriente en donde se hallan insertos y de las relaciones que ha mantenido a lo largo de su historia con los pueblos que le rodeaban y si bien son muchos los temas que debemos considerar como producto y patrimonio mesorientales, no cabe la menor duda de que a ellos, en la Biblia , el pueblo hebreo supo imprimirles su impronta y su sello propio.
Mesopotamia y el TaNaJ
En Génesis, cap. 12:1 se nos presenta a Abraham como protagonista de una migración, producto de un acto de fe condicionado a las circunstancias de la época. El ciclo de los relatos patriarcales sobre Abraham, Isaac y Yaacov nos presenta una familia que, originaria de Ur de Caldea, está estrechamente ligada a Mesopotamia, como puede desprenderse de los diversos pasajes bíblicos.
La leyenda de Abraham nos sitúa en plena época del rey Hammurabi, siglo XVIII aec. Ello implicaría que tanto Abraham como su familia habían conocido y asimilado la cultura sumero-babilónica mucho antes de que los hebreos formaran una nación.
Ciertamente el patriarca se fue de Mesopotamia por mandato divino para dirigirse a la Tierra de Promisión. Pero pese a que abandono la zona no cortó relaciones con ella. De hecho hacia allá se dirigió Eleazar para buscar esposa para Isaac el hijo de su amo. También hacia allá huyó Yaacob escapando de la ira de su hermano Esav y se refugió en la ciudad de Harán, donde pasó gran parte de su vida y donde, además, casóse con Lea y Rajel.
Sus relaciones tan estrechas solo llegaron a su fin en el momento en que Ya'acov retornó a Canaán.
Vemos pues, que el origen de esta familia patriarcal se encuentra en Mesopotamia, actual Iraq, lugar donde estuvieron insertos en el contexto socio-cultural de la zona y, al salir de allí para dirigirse a la Tierra de Promisión, llevaron consigo todo ese bagaje cultural que adaptaron a su forma y aspiración de vida, arreglándola de acuerdo a su propia concepción religiosa.
Mas tarde Israel tuvo otro encuentro importante con la cultura mesopotámica, esta vez con la Babilonia de Nabucodonosor, en el siglo VI aec, en la época del cautiverio babilónico. El denominado cautiverio babilónico es un capitulo de vital importancia en la historia judía ya que se sentaron las bases que permitieron al judaísmo existir aun sin la presencia del Templo de Jerusalem.
Los judíos exiliados en Babilonia subsistieron como tales gracias a la colección de escritos que llevaron consigo y que se transformaron en el núcleo de lo que sería la Torá. Estos escritos les permitieron mantener vivos recuerdos que deseaban y necesitaban mantener.
Pero para lograrlo precisaban leer y releerlos, Surgió entonces el lugar de reunión, la Sinagoga y la práctica de la Lectura de la Torá. Pero la lectura sola no era suficiente, se requería del estudio y de maestros que les instruyesen en él. Maestros que, además pudieran dar respuestas -enmarcadas dentro de la enseñanza (Torá) para los problemas de la vida diaria. Maestros que no sólo pudieran educar sino impartir justicia e indicarles el correcto camino de la aplicación de la Torá.
Como ocurre con todo contacto cultural, durante su estancia allí el saber y la instrucción babilónica fueron infiltrándose en la mente y el pensamiento hebreo, de modo tal, que cuando regresaron a la Tierra Prometida llevaron consigo prácticas litúrgicas, educativas y jurídicas, algunas de las cuales fueron transmitidas a la cristiandad y, a través de la cultura judeo-cristiana, a la civilización en general.
Egipto y el TaNaJ
Egipto y Canaán son vecinos cercanos y, a no dudar, desde tiempos prehistóricos hubo entre ambas zonas un continuo intercambio y comercio. Tanto los documentos egipcios como la Biblia atestiguan la costumbre semita de entrar al Valle del Nilo en busca de pastura para sus animales.
Si bien es cierto no existen documentos egipcios que den testimonio directo de la presencia de Israel o de los hebreos en la nación egipcia, no lo es menos que la tradición bíblica merece crédito, un crédito que debe otorgársele no por el mero hecho de que sean relatos que aparecen en ella sino porque un tradición como la que narra no puede ser inventada.
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En efecto, no se trata de la narración de una epopeya gloriosa que marca el inicio de un pueblo sino del recuerdo ignominioso de una servidumbre en tierra extraña y algo así no puede ser mas que el reflejo de una realidad lejana, pero realidad al fin, que se mantuvo viva por generaciones y que fue transmitida oralmente hasta el momento en que se puso por escrito.
a) el que los contactos siempre se realizaron en la zona del Delta donde, prácticamente, no se han encontrado documentos oficiales;
b) el que lo que se conoce sobre Egipto está basado principalmente en textos religiosos grabados en tumbas y templos y son muy pocos los informes especiales que han llegado hasta nosotros;
c) el que los egipcios normalmente no distinguían a las tribus o pueblos extranjeros o cautivos, mencionándolos bajo términos generalizados, nunca específicos;
d) el que los anales egipcios eran siempre positivos y enfatizaban las victorias del faraón. No acostumbraban a mencionar sus derrotas y debilidades a menos que estuviesen referidas a épocas pretéritas.
Los relatos bíblicos que hablan de la estancia de los hebreos en Egipto poseen un rico colorido local que ilustran muy bien las costumbres egipcias. Resulta notorio que quien haya reproducido estos relatos, especialmente los relacionados con José, debió ser alguien que conocía muy bien el país y sus costumbres.
Por otro lado la comparación desde el punto de vista estructural, entre la literatura sapiencial egipcia y la bíblica, permiten encontrar muchas similitudes, las que van mas allá aún , puesto que revelan una sorprendente comunidad de pensamiento y sugieren la presencia egipcia en la Biblia.
Desde el punto de vista religioso siempre está presente la pregunta ¿influyó la herejía atoniana en el monoteísmo hebreo?
Ciertamente que al respecto no se han encontrado indicios duraderos. Akhenaton no inventó formas nuevas, les imprimió si originalidad a la presentación de los elementos. El atonismo era, fundamentalmente, un culto natural que no demandaba más que gratitud y amor por parte del creyente, lo que contrasta con el monoteísmo hebreo y su demanda total al cumplimiento de la Torá, de la enseñanza. Puede decirse que la religión de Israel fue una religión independiente y particular como lo constituye la liberación de Egipto y, desde ese punto de vista, tendría en sus inicios un carácter antiegipcia basado en la creencia de que el Dios de Israel ha derrotado al faraón y a los dioses egipcios.
Pese a lo dicho, si comparamos la literatura egipcia con la hebrea encontramos también la misma similitud estructural a la que hacíamos alusión anteriormente. No obstante, ello no es suficiente como para asumir una conexión directa entre ambos pensamientos religiosos, toda vez que sabemos que en el Medio Oriente Antiguo existió un bagaje cultural común a todos los pueblos que, en mayor o menor medida lo adaptaron a su idiosincrasia, a su forma de ver las cosas y, en ese sentido, el pueblo de Israel les imprimió el sello del Pacto del Caen, donde pactó con un Dios único y celoso que exigía la entrega absoluta, sin reservas y que originó así, en el momento de la aceptación de esa revelación, al monoteísmo ético.
En Canaán este monoteísmo no estuvo exento del peligro que entrañaba el vivir entre pueblos politeístas. Una vez asentado el pueblo en la Tierra Prometida , y siempre basándose en el texto bíblico, podemos ver que la frase que mas se repite es que el "pueblo hizo lo malo a los ojos del eterno". Esto es, los hebreos estuvieron durante toda sus existencia sometidos a la tensión que implicaba el convivir con pueblos politeístas. Las costumbres de estos pueblos los atraían e incluso comprometían su participación en ellas. No es de extrañar, pues, encontrar en el texto bíblico la mención de las divinidades cananeas como Anat, Astarté, Baal, y Ashera, esta última, incluso, en determinadas épocas históricas estuvo presente en el mismísimo Templo de Jerusalem. Por eso en el texto bíblico encontramos un constante llamado a no confraternizar con los pueblos vecinos para no ser llevados a la idolatría, de mantenerse fieles a la Alianza y de expulsar a los ídolos de todo lugar donde pudieren haber sido puestos por monarcas impíos y gente que se dejó seducir por prácticas paganas. No cabe duda que el monoteísmo hebreo debió abrirse paso dificultosamente en su entorno y fue resultado de un largo proceso en el que las influencias ajenas no estuvieron ausentes.
Porque nada viene de la nada ni brota por generación espontánea, Israel e hijo de su tiempo y de su entorno, lo original es que con los elementos que tomó de cada una de las culturas con las que interactuó supo dar forma a algo nuevo y original para esa época.